Woody Allen también es una persona con sus particulares querencias, gustos y obsesiones, como ha puesto de manifiesto a lo largo de su fructífera carrera. Los chistes de judíos, el miedo a la muerte, el psicoanálisis, las relaciones de pareja conflictivas y, por supuesto, el crimen. Y sus consecuencias.
Para hablar de “Irrational man” hay que hacer referencia a “Delitos y faltas” y a “Match Point”, dos de sus más veneradas películas, en las que la comisión de un crimen y el sentimiento de culpa subsiguiente están en el centro de la trama.
La tercera parte del apócrifo tríptico sería la película que ahora mismo está en cartelera. Una muy buena película, con mucho contenido y que, quizá por eso, no esté gustando demasiado al público, más proclive a dejarse sorprender por la “Magia a la luz de la luna” y por la fantasía onírica de “Medianoche en París” que por las cuitas filosófico-trascendentales del profesor interpretado por Joaquin Phoenix.
(Sigue leyendo esta reseña en mi espacio Lensanity y discutimos si te ha gustado o no).
Jesús Lens