¡Traza una línea roja!

¿Dónde trazarías tú una línea roja, ahora que está tan moda dicha noble actividad?

Ya sabemos que, cuando algún preboste traza una línea roja infranqueable es como cuando el presidente de un club de fútbol confirma a un entrenador en el banquillo tras una racha de malos resultados… Quizá por eso, Terence Malick bautizó a sí a su famosa película:

El subtítulo no es baladí...

Pensemos en qué línea roja trazaríamos, cada uno, si pudiéramos.

Por mi parte, la trazaría en los recortes a la cultura, en tiempos de crisis. Sé que para mucha gente, la cultura sigue siendo algo superfluo, caprichoso y hasta lujoso. Pero yo no estoy de acuerdo.

Y siempre que surge esta discusión, pongo como ejemplo a Guillermo Cabrera Infante: “En mi pueblo, cuando éramos niños, mi madre nos preguntaba a mi hermano y a mí si preferíamos ir al cine o a comer con una frase festiva: ¿Cine o sardina? Nunca escogimos la sardina”.

Hoy, como aPostado, recomendamos el libro de Cabrera Infante que, hablando de cine y partiendo de las películas, habla y reflexiona sobre todo lo demás.

La vida, o sea.

¡Que la Crisis no aplaste tus ilusiones!

Ahora, te toca: ¿Dónde trazarías una línea roja (teóricamente) infranqueable?

Jesús Lens

Los anteriores 21 aPostados de agosto, desde aquí.

Y, lo blogueado anteriores 22 de agosto (de haberlo): 2008, 2009, 2010 y 2011.

Tony Scott, fallecido tras arrojarse desde un puente

El aPostado de hoy es luctuoso, triste y sobrecogedor: es difícil creerlo, pero así es: el director de cine Tony Scott, especialista en películas de acción y cuya filmografía atesora títulos como “Amor a quemarropa”, “Top gun” o “Marea roja”, se ha suicidado saltando desde lo alto de un puente, en Los Ángeles.

Tony también tenía una productora, a medias con su hermano Ridley, de la que han salido películas como “Black Hawk derribado” o series como la extraordinaria “The good wife”.

Parece que Tony ha dejado una nota, antes de emprender su último, fugaz y letal viaje.

¿Qué habrá llevado a un tipo como éste, a un tipo que tiene todo lo que habitualmente puede querer una persona, a suicidarse? Porque dinero, fama y una vida interesante… ¡ya me dirán! Y proyectos no le faltaban, que estaba trabajando con Tom Cruise en una continuación de “Top gun”, sin ir más lejos; además de tener entre manos otro par de historias, una sobre narcotráfico y otra sobre los Ángeles del Infierno.

El domingo murió uno de esos directores que nos amenizaban las tardes de los sábados, con sus películas de acción y adrenalina. Un director solvente y previsible, en absoluto sorprendente, pero siempre profesional. Muy profesional.

La muerte de un artista famoso siempre llama la atención. Y si, como en este caso, ha sido ejecutada por su propia mano, más aun. ¿Depresión? ¿Enfermedad? ¿Ruina? ¿Bloqueo creativo? ¿Todo junto? ¿Nada de ello?

Al final, lo que quedan son las películas. Ese es el legado que deja un director. Su cine. Un cine ardiente y abrasador, pura acción. Películas en las que sus protagonistas se juegan la vida una y otra vez para terminar saliendo generalmente airosos de las situaciones más arriesgadas y comprometidas. Películas de héroes y heroínas, de nobles ideales y de grandes esperanzas.

Y todo ello puede terminar, un domingo cualquiera, estrellado debajo de un puente angelino.

A veces, efectivamente, tenemos la sensación de que no somos nada más que polvo que se lleva el viento.

Descanse en paz, Tony Scott.

Jesús Lens

A partir de aquí, los 19 aPostados anteriores de este mes de agosto. ¡Seguimos!

¿Y el 20 de agosto de 2008, 2009, 2010 y 2011?

De dioses y hombres

El aPostado de hoy es una recomendación fílmica, pero para ver en DVD. O en Digital +, que ahora la tiene alguno de sus canales en la parrilla.

“De dioses y hombres” es una película que, protagonizada por ocho monjes cistercienses que viven en un monasterio en la Argelia de 1990, tiene el aura de los mejores westerns de Howard Hawks. De hecho, la ética de sus protagonistas y su forma de conducirse a lo largo de la historia son puramente hawksianas: ¿cómo reacciona un grupo de profesionales que, en el ejercicio de su labor, se siente amenazado?

Pues como auténticos profesionales, con dignidad y arrojo. Con hombría. Aceptando lo que les viene y luchando contra ello. Cada uno con sus armas y dependiendo de cada situación. Puede ser el sheriff de un pueblo del Lejano Oeste, amenazado por los matones que gobiernan la región o un grupo de cazadores en Tanganica, que tienen que capturar con vida un rinoceronte para un zoológico, aunque racaneen sus fuerzas y efectivos. Igual que un aviador manco se pondrá al mando de su avión para cruzar los Andes y entregar el correo, tal y como tiene estipulado en su contrato; los monjes se quedarán, a pie firme, en la comunidad en la que viven y trabajan.

Son sus votos.

Es su vida.

Es su responsabilidad.

Es su compromiso.

Y la película de Beavois así lo refleja, con tanta sencillez como valentía y clarividencia. Una joya. Imprescindible.

Jesús Lens

Veamos los demás aPostados del mes:

El caballero oscuro

Ejército enemigo

Ryan Giggs

Cerveza Alhambra

Prometheus

La ciudad de los ojos grises

Dejarse ir

¿Y el 8 de agosto de 2008, 2009, 2010 y 2011 ?

Prometheus

Al llegar a casa de mi Cuate Pepe, él y Mikuman me preguntaban por “Prometheus”, que habíamos ido a ver el mismo viernes del estreno, en sesión de tarde. Y les dije lo mismo que ya había estado comentando con Frankie a través del Facebook: que sintiéndolo mucho… pues que no.

¡Ya me hubiera gustado a mí, de verdad de la buena, haber salido del cine todo alborozado y mandando mensajes, a diestro y siniestro, recomendando ver la película!

Pero no. Es decir, sí que recomiendo ver la película. Y en el cine. Porque toda la carcasa que rodea a la esperadísima última cinta de Ridley Scott es atractivo, brillante y espectacular. El vuelo de las naves, el diseño de producción, los gadgets tecnológicos con los que juegan, los paisajes extraterrestres, etcétera. Sin duda, todo ello es una gozada visual que vale los euros que cuesta la entrada al cine. Porque, eso sí: en pantalla pequeña, no tiene que ser ni parecido.

Pero, y esto es algo que nunca debemos olvidar, una película tiene que contar una historia, más allá de la belleza de sus imágenes. Y la historia debe estar protagonizada por personajes cuyas vidas, obras y milagros nos interesen. Al menos, un mínimo. Y, sintiéndolo mucho, de los protagonistas de “Prometheus” no me interesa nada. De nada. Ni empatizo con ninguno de ellos ni simpatizo con sus intereses ni me preocupa un ápice lo que les pase.

Parafraseando a Rhett Butler: ¡me importa un bledo!

Y así, claro, es muy difícil entrar en la película y que te provoque cualquier tipo de emoción.

Excepción hecha del personaje interpretado por Fassbender y, en menor medida, el de Charlize Theron, que son fríos como el hielo. Fríos como el guion de “Prometheus”. Fríos como buena parte de las secuencias que, en teoría, deberían resultar inquietantes o desasosegantes. Y que, al menos a mí, no me lo parecieron.

Quedan, pues, los detalles. Como el humor acerado de ese robot con veleidades cinematográficas o el mal despertar de algunos, que no veas la mala leche que gastan tras un par de años largos de sueño reparador.

Por lo demás y sintiéndolo mucho, Scott no ha conseguido que me involucre en la expedición del “Prometheus” ni que sufra por los padecimientos de los buenos de la película. No me convence el hilo argumental de la cinta ni, desde luego, moveré un músculo por ir a ver la siguiente parte de una más que previsible saga.

Eso sí: mi consejo es que vayan a verla y, después, lo hablamos.

Porque un par de horas al fresco, viendo naves espaciales y planetas extraños, ya va bien, visto el percal que nos rodea.

Jesús Lens

PD.- ¿Qué pensará Gallardón, si ve la película, sobre la decisión tomada por Rapace?

Éste es el quinto aPostado de agosto. Los anteriores fueron de cine, libros, olimpiadas y birra.

¿Y los 5 de agosto de 2008, 2009, 2010 y 2011?