La autora sueca y su compañero de vida, Per Wahlöö, escribieron a cuatro manos una reivindicativa serie de novelas policíacas de tintes políticos que abrió el camino a los populares Henning Mankell, Camila Läckberg o Stieg Larsson
Sus ojos, de una claridad abrumadora, mostraban una mirada limpia y transparente, pero también inquieta e inquisitiva. Así lo pensaba mientras la escuchaba hablar hace años, en una lejana edición del festival BCNegra, sobre la serie de novelas policíacas protagonizadas por su personaje de cabecera: el inspector de policía Martin Beck.
Entre los años 1965 y 1975, la periodista Maj Sjöwall y su compañero sentimental, el también combativo periodista Per Wahlöö, se embarcaron en un proyecto editorial muy especial: escribir diez novelas, una por año, de treinta capítulos cada una y en las que se describiría minuciosamente la investigación de un crimen. Y para ello se inventaron al inspector Beck.
Titularon a su serie de novelas como ‘La historia de un crimen’ y la utilizaron para sacar a relucir las contradicciones de la socialdemocracia sueca, que distaba de ser el paraíso en la tierra que tanto se ha publicitado. Se trataba de utilizar la novela negra para diseccionar la realidad política y social del país nórdico.
Gracias a Sjöwall y Wahlöö, la literatura sueca rompía con el modelo de novela-enigma imperante hasta entonces. Una literatura de divertimento en la que lo único importante era la resolución del misterio y descubrir al culpable, sin cuestionar al sistema. En sus novelas, publicadas en España en la Serie Negra de RBA, Martin Beck no es un héroe solitario o un maestro del ingenio. Es parte de un equipo que trabaja en conjunto para investigar un crimen. Y en el proceso salen a relucir las muchas miserias y los graves problemas de la sociedad nórdica, escarbando en sus rincones más oscuros.
En palabras de Sjöwall, recogidas en el libro ‘Sangre en los estantes’, del añorado Paco Camarasa: “Queríamos ser muy realistas y mezclar la política y el discurso con el entretenimiento. Realismo y humor. Esta es la clave. Queríamos que nos leyeran”.
En la última novela de la serie, titulada ‘Los terroristas’, los autores anticipaban un atentado mortal contra el primer ministro sueco. Les tildaron de alarmistas y fantasiosos. Once años después, Olof Palme era asesinado en plena calle cuando volvía a casa caminando, después de ver una película en el cine.
Tras la muerte de Per Wahlöö en 1975, la serie de Martin Beck quedó finiquitada. Maj Sjöwall se entregó a la traducción literaria, ejerció como profesora universitaria y escribió cuentos y relatos.
También escribió otras dos novelas a cuatro manos, con dos autores diferentes: ‘Intermezzo danés’, en 1989; y ‘La mujer que se parecía a Greta Garbo’ en 1990; ambas inéditas en España.
Jesús Lens