La editorial Reservoir Books, cuyo catálogo es apabullante, acaba de publicar en España ‘Cabeza de serpiente’, una vibrante e imprescindible historia de no ficción escrita por el periodista de investigación Patrick Radden Keefe y que lleva como subtítulo ‘Una epopeya oscura en Chinatown’.
De este autor, una de las firmas más importantes de la prestigiosa revista The New Yorker, ya les he hablado antes, que ‘Maleantes. Historias reales de estafadores, asesinos, rebeldes y impostores’ (AQUÍ, la reseña) me encantó y ‘No digas nada’ me dejó turulato.
En este caso, la historia arranca en una madrugada de junio de 1993, cuando un barco embarranca antes de arribar a una playa cercana a Nueva York y decenas de personas de origen chino comienzan a saltar a unas aguas turbulentas sobre las que no había ni puente ni pasarela. ¿De dónde venía el ‘Golden Venture’ y por qué, sus pasajeros, presentaban ese aspecto tan demacrado?
400 páginas después lo sabremos todo sobre el barco, la vida de algunos de sus pasajeros y, lo que es más importante, quién lo fletó y con qué intenciones. Pero eso ya se lo avanzo yo, que queda claro desde el principio de la narración: el buque transportaba inmigrantes ilegales desde China y a las personas que lo fletaron, traficantes de seres humanos, se las conoce como ‘cabeza de serpiente’. “Los orígenes del término ‘cabeza de serpiente” están envueltos en un halo de misterio. Hay quien cree que la serpiente simboliza una sinuosa ruta de contrabando por la que la cabeza de la serpiente abre camino”.
He leído el libro de forma compulsiva, tratando de no despegarme del sofá nada más que para lo imprescindible. Y es que Chinatown, como Little Italy, es un nombre esencial para los ‘mordidos’ por el género negro-criminal.
Patrick Radden Keefe nos contó en rueda de prensa que, para romper el muro socio-cultural y lingüístico que le separaba de la comunidad chino-norteamericana, además de mostrar todo el respeto posible, contó con la ayuda de una persona de confianza que le abrió puertas que para él estaban radicalmente cerradas, además de servirle de traductor tanto en la propia Nueva York como en China. Y no era fácil conseguir que las fuentes hablaran: en el centro de esta trama se sitúa una sencilla y anodina mujer de mediana edad llamada Cheng Chui Ping a la que toda la comunidad consideraba una heroína y una lideresa sin parangón.
En este libro se cuenta la historia de bandas violentas que operaban en Chinatown, asesinos sin escrúpulos, sicarios implacables y gángsteres de todo tipo de pelaje. Pero, sobre todo, se detalla con toda precisión cómo funcionaban las redes de tráfico ilegal de personas que introdujeron a cientos de miles de personas de origen chino en Estados Unidos. Y que lo siguen haciendo, ojo. Porque mientras haya gente desesperada por huir del hambre, la pobreza, la falta de expectativas, la represión y la guerra, no habrá muros ni vallas que la detengan y, en su camino, siempre encontrarán redes mafiosas dispuestas a aprovecharse de su situación para lucrarse a su costa.
Lean ‘Cabeza de serpiente’. Como buena obra de no ficción que es, escrita por un periodista de investigación tan profesional como Patrick Radden Keefe, además de ser adictiva y devorarse como la mejor de las novelas, se abstiene de hacer cualquier tipo de juicio de valor moral, dejando que seamos los lectores quienes saquemos nuestras propias conclusiones.
Si es usted valiente y desprejuiciado, lea ‘Cabeza de serpiente’, insisto. La disfrutará y le dará mucho que pensar y debatir, con usted mismo y con los demás.
Jesús Lens