Ha querido la casualidad -o quizá la oportunidad- que el mismo día en que el sector de la hostelería y el turismo vuelve a quejarse sobre el nuevo sistema de gestión de las entradas a la Alhambra, se publicaran las cifras sobre el turismo en Granada, que bate récords una vez más.
Si uno lee las manifestaciones de Trinitario Betoret y las de Juan Peláez, podría pensar que a la Alhambra no entra ni Dios, de tan exigente que se ha puesto Reynaldo Fernández. Sin embargo, según indica el director del Patronato de la Alhambra y el Generalife, todos los santos días se agota el cupo de entradas al monumento. ¿En qué quedamos?
Mientras los hosteleros y los representantes de las agencias de viajes alertan sobre la Alhambra, a Granada han llegado más de millón y medio de turistas en seis meses. Un nuevo récord. Y, sin embargo, hay un dato tan significativo como preocupante: mientras que los visitantes a la provincia se quedan una media de 2,06 días y en la Costa permanecen hasta 3,38 días; en Granada capital no pasan de 1,77 días.
Este dato sí que debería inquietar a los hosteleros de nuestra ciudad. Y a Raquel Ruz y al resto del Consistorio. ¿Por qué no somos capaces de convencer a la gente de aguantar ni siquiera un par de días en Granada capital? A ver si lo que está dando síntomas de agotamiento es el modelo Visita la Alhambra y Tómate unas Tapas.
Lo mismo, la Federación de Empresas de Hostelería y Turismo, además de pedir y pedir y pedir -no olvidemos el Bono Pernocta que REGALA una entrada a la Alhambra a los turistas que duerman al menos dos noches en alguno de los hoteles de la provincia- tendría que plantearse el colaborar de forma activa con las diferentes iniciativas susceptibles de atraer turismo cultural y dinamizar la economía. Y por colaborar de forma activa quiero decir poner pasta. Pasta gansa. Cash. Parné. Perras.
En Granada nos hemos acostumbrado al nefasto modelo Noche-en-Blanco, con artistas actuando gratis para que los bares de la ciudad se llenen hasta las trancas. Y ese sistema no funciona. Parafraseando a Kennedy, ¿y si hubiera llegado la hora de preguntarle a la Federación de Hostelería qué hace por Granada, en vez de seguir poniéndonos a su entera disposición?
Jesús Lens