La semana más negra

El viernes pasado publicamos este artículo en IDEAL, escrito al calor de la Semana más larga, bajo la lluvia y el viento gijoneses. Gracias a Laura Muñoz Hermida por ser el ojo que todo lo ve en Semana Negra, gracias a su lente maravillosa. ¡Veréis qué fotos!

La tarde antes de partir el Tren Negro, de la estación madrileña de Chamartín, los participantes de la milagrosa vigésimo quinta edición del Festival Cultural más populoso de Europa, nos sobresaltábamos con la noticia de la arbitraria detención de la periodista mexicana Sanjuana Martínez en su propia casa, en presencia de sus hijos, por una falta administrativa y, ordenada por una de las juezas a las que denuncia por robo de niños en su último trabajo de investigación.

 

Las Redes Sociales empezaron a arder y, cuando dos días después, Sanjuana fue liberada, señaló que la presión realizada desde Semana Negra, pesó grandemente en su puesta en libertad.

 

Fotografía de Laura Muñoz Hermida

Igualmente, el cálido recibimiento y encendido aplauso que los mineros en lucha nos dispensaron a los integrantes de la comitiva cuando nos bajamos del Tren Negro en Mieres, habla bien a las claras de la significación y el compromiso social de un Festival que va mucho más allá de lo meramente literario.

 

Fotografía de Laura Muñoz Hermida

Llevo diez años acudiendo puntualmente a Gijón, a una Semana que nunca fue tan negra como la de este año. Una Semana que estuvo a punto de no realizarse, pero en la que finalmente se obró el milagro, en palabras de Paco Ignacio Taibo II, el Jefe, que una vez más le pone voz, rostro, filosofía y pensamiento a estos diez intensos días cargados de presentaciones de libros, mesas redondas, tertulias, conciertos y exposiciones, pero también de fabada, vino de mesa, sidrinas, pulpo, chocolate y churros.

 

Quizá porque los tiempos que estamos viviendo son particularmente oscuros, esta Semana está siendo gris, húmeda y lluviosa. Pero solo climatológicamente ya que, por lo demás, está resultando tan inspiradora, clarividente, reveladora como siempre.

 

Una cita que abre puertas, que te permite encontrar perlas, joyas y tesoros en forma de libros, fotografías, charlas y autores que ya son amigos. Un encuentro que conecta dos continentes unidos por un océano, pero separados por un idioma, como escribía PITII para denunciar el bloqueo cultural que fragmenta las relaciones hispano-latinoamericanas.

 

Fotografía de Laura Muñoz Hermida

Pero lo mejor de Semana Negra no son las decenas de libros que me llevo, las intensas conversaciones hasta la madrugada de la terraza del Don Manuel o las risas compartidas con amigos de mil y un acentos diferentes…, son las ideas, los proyectos, las iniciativas y la potencia creadora que genera.

 

Porque la Semana Negra de Gijón es un torbellino, un huracán iniciado por el Jefe Taibo, apoyado por una legión de fieles incorruptibles y sostenido por un equipo de trabajo tan brillante, como comprometido, esforzado y entusiasta.

 

Fotografía de Laura Muñoz Hermida

Esto es la Semana Negra y, contra viento y marea, venciendo el pesimismo circundante, no solo sigue, sino que lo hace con tanto o más empuje que siempre. Porque veinticinco años no son nada… mas que un principio.

 

Jesús Lens

Vividores… de aventuras

Leyendo “El retorno de los tigres de la Malasia” (reseña aquí) o, lo que es lo mismo, la actualización del mito de Sandokán a manos del sin par Paco Ignacio Taibo II, me encontré con un personaje secundario del que llevo mucho tiempo queriendo hablar y sobre el que el mismo Paco debería escribir un serial completo.

Se trata de Stefan Hyner, también conocido como Old Shatterhand, y que se define a sí mismo como “conseguidor de historias”.

Sólo por disfrutar de un capítulo como “El protagonista de Karl May” ya merece la pena leer la vibrante novela de PIT II. Y es que la grandeza del maestro es construir una novela a base de pequeños y cortos capítulos que, en sí mismos, son pequeños relatos perfectos, cargados de magia, posibilidades y magnetismo.

¿Quién es el tal Stefan?

Un tipo montaraz y aventurero que volvía, deprimido, de las tierras fronterizas norteamericanas, donde había vivido con los apaches. Un día, se encontró con un escritor, Karl May, un novelista muy famoso que estaba sufriendo una honda crisis personal y creativa.

Stefan pasó varios días contando sus historias a un May que le escuchaba entre embelesado y rendido, absolutamente fascinado. Y le propuso un trato al melancólico hombre de acción: convertirse en su personaje.

Así, Stefan se la pasaba viajando por el mundo y viviendo aventuras, encontrando las mejores historias para relatar a un Karl May que las escribiría, las publicaría… y le pagaría por ellas.

Y así fue como se cruzó en el camino de Sandokán y Yáñez, tomando activa participación en esta nueva aventura que… bueno, que si yo fuera tú, ya habría leído, por supuesto.

No le he preguntado a Taibo si este pasaje es real o un homenaje al propio Emilio Salgari que, sabido es, hizo todas sus maravillosas y evocadoras descripciones del extremo y misterioso Oriente desde su escritorio, únicamente consultando atlas, mapas y otros libros.

(Obligatorio recordar que, en tiempos de Salgari, no existía el Google Earth)

Y ahora, la pregunta: ¿nos hacemos vividores de aventuras y conseguidores de historias?

¿Nos aventuramos?

Venga, venga, ¿quién se apunta?

Razón AQUÍ.

Jesús aventurero frustrado Lens

PD.- Los tres últimos 09/09, también blogueamos: 2008, 2009 y 2010.

EL RETORNO DE LOS TIGRES DE LA MALASIA

Los Tigres estaban vivos,

los Tigres querían saber,

los Tigres iban a actuar,

los Tigres no perdonaban.

¡Retornaban los Tigres de la Malasia!

 

En esta vida ya quedan pocos placeres que deparen momentos sin igual. Uno de ellos es recibir un paquete de la librería Negra y Criminal que, entre otras joyas, incluye la primera edición (no sé si mexicana o colombiana) del último libro de Paco Ignacio Taibo II, “El retorno de los tigres de la Malasia”. Y subtitulado, para que no quede atisbo de duda sobre las intenciones del autor, “Más antiimperialistas que nunca”.

Al leer el título del libro, alguno podéis haber pensado que los protagonistas de esta nueva novela de PIT II son aquellos memorables Sandokán y Yáñez, los Tigres de Mompracem. Y, ¿sabéis qué? Que tendríais razón, no en vano, Emilio Salgari es el colaborador involuntario de una novela apasionante y electrizante, marca de la casa Taibo.

Lo bueno que tienen autores como Taibo es que, hablando con ellos, nunca sabes dónde comienza la realidad y dónde la ficción. Han sido muchas Semanas Negras escuchando al Jefe decir que estaba trabajando en una novela protagonizada por Sandokán. ¿Sería verdad, sería deseo o sería literatura ficción?

¡Era verdad! ¡No era un cuento chino!

La respuesta está ahí fuera. De momento, en Latinoamérica. Que “El retorno de los Tigres de la Malasia” aún no llegó a las librerías españolas. Y menos mal que hay libreros eficaces y diligentes como Montse Clavé y Paco Camarasa. Si no, habría usado mi flamante e-Book para cometer un acto de piratería intelectual y descargarme el libro de marras, ansioso como estaba por leerlo.

– ¿Qué sentido tiene, en pleno siglo XXI, escribir sobre los Tigres de la Malasia? –podría preguntarse algún avieso lector.

¡Todo! Y más aún. Porque las bases de buena parte de lo que pasa en el mundo actual ya estaban puestas en las Asia y África colonizadas del XIX. Y, desde luego, los movimientos antiglobalización, a nada que mezclaran la memoria histórica con el buen gusto literario, añadirían a sus enseñas arcoiris y multicolor la bandera roja con la imagen del Tigre, propia de Sandokán y los suyos.

¡Los Tigres han vuelto!

¿Y literariamente?

Literariamente, “El retorno de los Tigres de la Malasia” es purito Paco Ignacio Taibo II: brevísimos capítulos que hacen avanzar la trama y la acción a modo de trallazos, fuertes, duros y a la cabeza. Protagonistas carismáticos, acción a raudales y diálogos para enmarcar. Secundarios de lujo, impagables, de esos que piden una historia para sí mismos, por la entidad que tienen. Y el marco, claro. Ese marco inigualable: Java, Sumatra, Malasia, Singapur, Hong Kong, Borneo… nombres cuya mera enunciación ya trae aroma a aventuras, mar abierto y experiencias tan intensas como singulares.

Aroma a aventuras

Iba a reseñar algunas de las mejores citas que he ido entresacando de un libro repleto de ellas, no en vano, el propio Yáñez usa los proverbios chinos como arma dialéctica de primera magnitud. Pero prefiero dejarlas para una segunda entrega sobre un libro que me ha devuelto a mis días de lector aventurero y desprejuiciado, abierto a la influencia de los alisios y los monzones.

Jesús aspirante a Tigre Lens