El problema de usar un término como portavoza es que, por mucho que se empeñen, no fomenta el lenguaje inclusivo: se trata de un atentado lexicográfico de tal calibre que solo ha servido a Podemos para copar titulares… y extender una cortina de humo sobre cuestiones más candentes.
Resulta irónico escuchar a Monedero quejarse de que la polémica levantada por el uso de “portavoza” por Irene Montero esté desviando la atención del tema realmente importante: la brecha salarial. Y lo dice como si hubiera una conspiración contra ella, como si el uso del palabro hubiese sido un error, un lapsus linguae, un desliz impremeditado. Y no, oigan: Montero sabía perfectamente la que se iba a montar con el uso de la portavoza y ha preferido ganar titulares incendiarios y notoriedad momentánea a costa de sacrificar el mensaje, lo que podría hacernos pensar que, en realidad, el mensaje le importaba bien poco.
A Podemos empieza a pasarle como al amigo chistoso con el que sales de cañas: resulta simpático la primera media hora, pero a partir de la tercera cerveza, se hace cansino con sus bromas y gracietas continuas.
La política de gestos de Podemos nos sorprendió, en su momento, por fresca y desenfadada. Aquello de regalarle “Juego de Tronos” al Rey, por ejemplo, fue un puntazo. Sin embargo, a medida que ha pasado el tiempo, el partido de Pablo Iglesias se va quedando sin fondo, pura fachada proclive a la aparatosidad más vacua y al ruido mediático más vacío.
El gran estratega de la nueva política se ha demostrado un tactista de visión limitada con demasiado querencia por la contemplación de su ombligo, siempre rodeado de animosos y complacientes palmeros. Con cada nueva boutade llamada a epatar y a desencadenar el ruido y la furia mediáticos, Podemos muestra las desnudeces de un partido sin programa definido que defiende una cosa y la contraria en temas tan delicados como el nacionalismo.
Así las cosas, tratar de impulsar la causa del feminismo a través del uso de palabros como portavoza se me antoja un fútil ejercicio de inutilidad manifiesta.
Jesús Lens