En Granada es más fácil mover autobuses que mover papeles. Al menos, eso se trasluce de la información recabada por Javier Morales sobre la (des)conexión ferroviaria entre Sevilla y Granada. Les resumo: en marzo terminaron las obras necesarias para restablecer el servicio entre ambas ciudades. ¡En marzo! Pero no fue hasta el martes pasado, 9 de julio, que la Junta mandó al ministerio de Fomento los papeles correspondientes. Y ahora toca esperar a que los técnicos los estudien antes de que la Agencia Estatal de Seguridad Ferroviaria empiece las pruebas para homologar el nuevo trazado. ¡Toma del frasco!
¿Qué tienen que decir a esto nuestros representantes institucionales? Los de casa, por mucho que estén tan entretenidos con el Juego de las Sillas y las tenencias de alcaldía, y los de fuera. Los que asientan sus posaderas en Sevilla y en Madrid.
Lo escribía hace un par de días y lo reitero hoy: nuestros políticos están en rebeldía, haciendo dejación de sus funciones. Las cotas de idiocia e imbecilidad a las que muchos de ellos están llegando en estos meses, entregados a un indignante y continuo postureo, ya cansa.
También es culpa nuestra, ojo. Lo hemos comprobado esta semana, otra vez, a cuenta del bulo de ‘Los girasoles ciegos’. ¡Tanta pasión para nada! Cada día, un nuevo escándalo sobre el que sentimos la obligación de posicionarnos. Una nueva polémica que hace arder las redes… gracias a la gasolina con que las alimentamos. Polémicas estériles, la mayoría de ellas. Tormentas en vasos de agua que acaban siendo viajes a ninguna parte.
Mientras no le quitamos ojo a lo de Arrimadas en el Orgullo y nos pasamos días y días analizando hasta el mínimo detalle de aquella boutade, los papeles para que vuelvan a funcionar los trenes entre Granada y Sevilla duermen el sueño de los justos, esperando a que alguien se acuerde de ellos. Hasta que llega un periodista, un buen periodista, y hace lo que tiene que hacer: desvelar y contar lo que de verdad nos afecta a los ciudadanos.
Jesús Lens