Cambio de recorrido. Solo una vuelta, que fueron unos 9 kilómetros. ¿Mejor que el anterior? AQUÍ, la reseña del año pasado y un buen debate que organizamos
Para mí, sí. No me gusta eso de tener que dar dos vueltas al mismo circuito, aunque haya sido necesario meternos en un polígono industrial un tanto siniestro, en domingo. ¿Será por eso que a tantos corredores nos ha dado amago de flato al pasar por allí? Pero bien por la gente de Diputación, que no deja de trabajar por mejorar las cosas y hacer cada carrera mejor que la anterior.
Hoy hacía frío. Y viento. Pero éramos unos mil quinientos chiflados en la línea de salida. Ese récord de participación supone que el arranque de la carrera tenga que ser necesariamente atropellado y complicado. Sobre todo, si mi hermano y yo nos situamos casi al final del pelotón.
Y si, encima, me encierro a mí mismo en el carril bici, más blindado que Fort Knox… En fin. Daba igual. Tampoco quería forzar la costilla. Aunque luego…
¡Luego me salieron varios kilómetros en el entorno de los 4,30-4,40 minutos, lo que está muy bien, para lo chungamente que he estado entrenando estos días!
Al terminar, saludo a algunos amigos y salimos a escape. Y es que, tras el suculento y exquisito, privilegiado y lujoso menú nocturno desgustado el sábado en Chez Hoces (dos tipos de tortilla de patatas, jamón, ensaladilla de pimientos, dos tipos de pastela moruna y taco de atún con mermelada de tomate caramelizado y sésamo; pespunteado con un tiramisú y mojitos varios) no tenía ganas ni de tomar una cerveza.
Sí me quedé desconcertado con la Bolsa del Corredor, que no depende de Diputación, ya que la camiseta de talla única, la M, para un mostrenco como yo, es una ridiculez. Y me estaba quedando helado.
Así que, tiramos millas para recoger a Mamen y las niñas y disfrutar del resto del domingo, cogiendo aceitunas. Me gusta eso de convertir el fruto que está en el árbol en aceite que nos llevamos, por la tarde, de la almazara. Toda una lección para Julia y Carmela… ¡y para nosotros los mayores, qué demonios!
No suelo quedarme a las entregas de trofeos. Ni siquiera la posibilidad de llevarme un jamón en un sorteo hace soportable aguantar una hora a pie firme, entre pitos y flautas. Prefiero irme a un bar y pedir una buena Alhambra Especial, helada, con su tapa.
Me dicen que la cantidad de cerveza gratis, en meta, cada vez es más exigua. Lo ignoro. Es posible. Yo reconozco que prefiero una buena organización, generosa hidratación durante recorrido, buena señalización y atención médica que todo lo referente a la Post-Carrera. Máxime cuando se ve a gente que no ha corrido bebiendo cerveza por el morro o, en algunos lugares, ocupando los pocos bancos o asientos en que los atletas pueden descansar al llegar, en algunos casos, deshidratados, doloridos y muy perjudicados.
A medida que esto de correr se va popularizando y somos más la gente que participamos en el Circuito de Fondo de Diputación, más generosos y comprensivos tenemos que ser, unos y otros. Señores que no corren: ¡no consuman la bebida de quiénes nos dejamos la piel en el asfalto! Un poquito de decoro, por favor.
Señores que vamos a rodar medio lentos: ¡pongámonos a mitad de pelotón y no demos codazos por situarnos al principio, para terminar rebasados por cientos de corredores, a los que estorbamos y molestamos! Y quiénes piensen ir muy lentos, pues sitúense al final de la partida. Que no pasa nada.
Y señores de los ayuntamientos: gracias por su contribución y apoyo al Circuito. Pero échele un poquillo de cariño a las Bolsas del Corredor. A fin de cuentas, ahí va la imagen de su localidad. Ya que hacen el esfuerzo de cortar las calles, de poner la policía local a disposición de la organización, de buscar voluntarios… no escatimen con una camiseta que, después, podremos lucir con orgullo por esos caminos, en nuestros entrenamientos. Además de evitar que nos quedemos pajaritos en la meta.
Es cierto que estamos en tiempos de estrechez. Pero los corredores también contribuimos, estos domingos, a darle vidilla a los bares, cafeterías y hoteles de sus localidades. Y tanto mejor hablaremos de las mismas cuanto mejor nos traten a través de algo tan simbólico como una buena o mala camiseta.
Quid pro quo!
Gracias a todos, comprueba tu clasificación, mira tu entrada en meta a través de IDEAL y haz una portada con tu imagen y… ¡nos vemos en Albolote!
Jesús Lens