¿Te acuerdas de esta iniciativa, que planteábamos para el 2014? Pues no queremos dejar ni un día más sin darle cuerpo, esencia y visibilidad. Así que el próximo domingo, sin ir más lejos, arrancamos.
Y lo hacemos, como no podía ser de otra forma, en una de nuestras Plazas Fuertes, donde nos sentimos queridos y arropados por la gente del colectivo literario “Entre Aldonzas y Alonsos”.
Ahí está toda la información, compilada en un extraordinario cartel diseñado por el infatigable Raúl Góngora.
Y con una presentación por parte de Nono Vázquez, volver al “Casablanca” va a ser como hacer una nueva fiesta de Año Nuevo.
Sin olvidar ese Tipi Tapa donde esperamos rehidratarnos convenientemente después del Run y antes del Read.
¿Te apuntas?
Domingo 12 de enero. ¡Recupera la forma perdida en Navidad… y vuelve a perderla de inmediato! ¡Celebra la cuesta de enero corriendo por las cuestas de Alcalá! ¡Vente al Casablanca, para convertirla por una tarde en la puerta de entrada para el África más cinematográfica!
Ya sabes. Si crees en aquello de Mens Sana in Corpore Sano…
Hubo un momento en que me puse las gafas, durante la presentación en la librería 1616 Books de mi querido Antonio Fuentes, un templo de la sabiduría y un monumento a la cultura del compromiso y la resistencia literaria. Las gafas de ver. Y vi a tantas personas, a tantos amigos; sentados y de pie, que rápidamente me las volví a quitar, para mantener aplacados los nervios.
O la tensión, más bien, como le decía a Panchy cuando me comentó que estaba más nervioso en Salobreña que en la presentación granadina. Y es que, una vez publicado “Cineasta Blanco, Corazón Negro”, tener el libro en las manos, hojearlo y releerlo, me hace revivir momentos muy intensos de estos últimos meses. Y muchas de las vivencias que, en los últimos años, he disfrutado en África.
“Vuelvo a Salobreña. Vuelvo al hogar”. Así titulaba una de las últimas entradas de este Blog. Y máxime porque, esta vez, me quedé en casa de Encarny, Colin y Dominique, que me tienen ya literalmente adoptado. Y allí, en el Casco Antiguo de Salobreña, compartiendo espacio con Tintín y rodeado de Garabatos Digitales, he pasado uno más de esos fines de semana memorables que empezaron el viernes a mediodía, con el atún del Trasmallo, una de esas delicias gastronómicas que nadie debería perderse, seguido que una visita al Sunem, para ver la Cruz decorada por Luis Villaescusa y disfrutar de los extraordinarios combinados que preparan en uno de los garitos con más encanto y más clase de la Costa granadina.
Y después, al cine. A ver “Looper”, en ese Cineclub Mediterráneo tan vinculado a la Obra Social de mi CajaGRANADA, una película complicada, extraña y fantástica, sobre viajes en el tiempo, el azar, la necesidad, la casualidad, la causalidad, y el destino. Y la importancia de tomar las mejores decisiones, en cada momento, de acuerdo con la información de la que disponemos y pensando en las consecuencias de las mismas, de cara al futuro, inmediato y mediato. Una película con uno de esos finales sorprendentes, duros e imprevisibles. Un final que, sin embargo, no podía ser otro.
El viernes siguió entre cañas y tapas, por Motril, y una última visita al Studio JA de Salobreña, donde oficia Mariano, mi presentador oficial de libros en Salobreña, y cuyo saludo fue una maravillosa confesión: que este último es mi mejor libro, algo con lo que estoy absolutamente de acuerdo, sin desmerecer a mis trabajos anteriores. Lo repetiría en su maravillosa y sentida presentación del sábado. Y es que, como diría durante la misma, “Cineasta Blanco, Corazón Negro” lleva mucho de mí en sus páginas. Es una declaración de amor a un continente, África, que me da la vida. Un libro escrito con las tripas, las entrañas y el corazón.
Veía a mi Cuate y a Panchy en primera fila. A Antonio, en el lateral, con su mujer y sus dos preciosas hijas. Y allí estaba Conchi, la primera en llegar. Y camuflada, Reyes, con una compi, yo creo que un poco sorprendida por reencontrarse con un viejo amigo, tan cerca de aquella Chucha nuestra, pero a la vez, tan lejos de aquellos años en que éramos poco más que niños, con todo el futuro por descubrir. Y es que la vida, por fortuna, te da sorpresas…
Y a Concha y Paco, cuyo Pub Fusión es uno de los locales que deberían estar en la Enciclopedia de los Mejores Garitos de España; y que me hicieron un regalo que, a la vez, es una provocación, una invitación, un desafío: un buen puñado de películas africanas que me van a permitir (re)conocer ese maravilloso continente, desde dentro, por dentro. Y contado por los propios africanos. ¡Casi nada al aparato!
Y, también, en primera fila, Gonzalo Fernández Pulido, con su hijo, cariñoso, atento y participativo. Me gusta Gonzalo, y el compromiso que, como alcalde de la villa, mantiene por la cultura, el deporte y la educación en Salobreña. Y María Eugenia, la concejal de cultura. ¡Que estén un sábado, en plenas cruces, en la presentación de un libro sobre cine y África, dice mucho y bueno de ellos!
Como encontrar a Ángel Díaz Sol, el factótum de Puerto de Motril, cuyo crecimiento es fruto de una sensatez y discreción que alabamos en este artículo de IDEAL.
Y estaban Clarissa. Y Marisa. Y Cristina. Y Encarny. Y Dominique. Y mi compi de CajaGRANADA, la directora de la sucursal de Salobreña, con su hijo. Y la gente de la Asociación Cultural 18600. Y estaban… me perdonáis que no nombre a todos, pero llegamos a coincidir casi 50 personas en la librería de Antonio.
¿Cómo no voy a adorar a Salobreña, donde no es que me sienta como en casa; si no que estoy en casa?
Después llegó la visita a La Vinatería. Y al Mesón de la Villa. Y a Carne a la Piedra, en la playa, donde brindamos con Antonio, el dueño, de una forma tan abrupta como sentida: “¡Salud! Y el que no nos quiera, que se muera”. Así, el whiskey sabe mejor.
Pero no quiero dejarme en el tintero, este pedazo de sorpresa que me deparó IDEAL por la mañana. El artículo de Federico García Fernández, íntegro y titulado «Lens el Africano», lo puedes leer aquí. Pero estas palabras me conmueven hasta las entrañas. ¿Qué puedo decir, sabiendo que no hay un “gracias” lo suficientemente grande como para recompensar un artículo escrito con tanto cariño, pasión y fuerza?
¡GRA-CIAS!
Por último, el sábado nos llevó a disfrutar de la melodiosa y envolvente voz de Ana Cisneros, en el Fusión. Un concierto íntimo, repleto de momentos tan hermosos como el “I remember you”. Ana toca la batería y canta, acompañada por un órgano Hammond. Y, solo con esos elementos, consiguen llenar un escenario con tanta personalidad como la que derrocha uno de esos locales que, como decía antes, exuda pasión, calor, color y que le dan sentido a nuestra vida musical.
Y casi sin dormir, me presenté en la línea de salida de la carrera de Salobreña, donde me reencontré con Flor y donde, contra todo pronóstico, me salió una gran carrera, corriendo a 4,28 minutos el kilómetro, aunque en el 7 me pegara un flato fuerte y tuviera que relajarme un tanto.
Ahora, en casa, viendo la NBA, tengo que deshacer la maleta y reordenar los libros, discos y películas que me he traído. Y los proyectos, las ideas y los planes de futuro que tenemos por delante. Muchos. Y variados. Desde los conciertos y las exposiciones a los viajes y los libros. Las fotografías, los discos, los textos…
Pero no nos adelantemos.
Disfrutemos del recuerdo de un fin de semana tan especial como todos los que transcurren en Salobreña. Y con un recuerdo muy especial para esas personas que quisieron estar, pero no pudieron, por razones y circunstancias distintas.
Porque Salobreña no es solo un pueblo precioso, sino un auténtico estado mental, una provocación intelectual, emocional y sensorial que invita a volver, una y otra vez.
Aún no se han extinguido los ecos de la deliciosa presentación de ayer, en la Feria del Libro de Granada, cuando ya estamos pensando, planificando y diseñando la próxima. Que solo puede ser en un sitio: en mi querida, mágica y añorada Salobreña.
Y ahí está el trabajo de algunos de los Sospechosos Habituales: Antonio el Librero Loco Fuentes, Colin, Dominique, Encarni, Mariano… y lo que seguirá.
Hoy vamos con una notable dosis de autobombo. Pero es que hoy es la puesta de largo… ¡Y en la Feria del Libro! ¡Y en mi CajaGRANADA! ¡Y con mis amigos! Primero, atentos a la columna de José Enrique Cabrero en IDEAL… ¡Impagable! Ahí va la Nota de Prensa que hemos preparado…
En el marco de la feria del libro, se presenta al nuevo libro de Jesús Lens, recién publicado por la editorial ALMED, en el que se hace un completo, ameno y muy interesante repaso por casi cien películas de todos los tiempos, desde “Mogambo” y “Hatari!” a “El jardinero fiel” o “Memorias de África”
El jueves 25, a las 19 horas, Andrés Sopeña presentará la obra y, a las 20 horas, el autor firmará ejemplares en la Caseta de Firmas de la Feria
“La historia de África ha sido testigo de que cuando se encuentra algo de valor, los africanos sufren y mueren en masa. Esto ya ha sucedido con el marfil, el caucho, el oro y el petróleo. Y ahora sucede con los diamantes. Con esas piedras se compran armas y se financian guerras civiles.”
Con esta cita, extraída de la película “Diamantes de sangre”, se abre el nuevo libro de cine del escritor granadino Jesús Lens, “Cineasta Blanco, Corazón Negro”, en el que el autor hace un completo repaso, repleto de anécdotas y de información sobre casi cien películas cuya acción transcurre en el continente africano.
África es, geográficamente, nuestro continente más cercano. Sin embargo, sigue siendo cultural y emocionalmente muy desconocido y lejano para buena parte de los ciudadanos del primer mundo. El cine, como una de las ventanas que mejores vistas ofrecen al mundo exterior, es uno de los espejos más potentes en los que se refleja la imagen de un continente que suele mostrarse a caballo entre lo aventurero y paisajístico y lo oscuro, peligroso y siniestro.
Gran parte de lo que sabemos –o creemos saber- sobre culturas, países y sociedades diferentes a la nuestra, lo sabemos –o creemos saber- gracias al cine.
En su introducción a “Cineasta Blanco, Corazón Negro”, Jesús Lens escribe “¿Qué imagen de África tenemos los aficionados al cine? ¿Qué nos han contado algunos de los directores más grandes de la historia sobre el continente negro? ¿Dónde está el límite entre la realidad y la ficción, entre la historia y la leyenda? Cuando escuchamos la palabra “África”, ¿qué imágenes se nos vienen a la cabeza? ¿En qué paisajes, en qué personas, en qué personajes pensamos, por asociación de ideas, imágenes y sensaciones?”
Y continúa: “Efectivamente, África es sinónimo de aventura para muchos de nosotros. De pureza. De autenticidad. En África se encuentran, en pleno siglo XXI, algunas de las grandes maravillas de la naturaleza y todavía quedan paisajes vírgenes, grupos humanos incontaminados, Parques Nacionales en los que la vida y la muerte dirimen sus diferencias las veinticuatro horas del día”.
Así las cosas, “Cineasta Blanco, Corazón Negro” es un libro que invita a hacer un viaje entre lo real y lo cinematográfico, entre lo visto, lo imaginado y lo soñado.
Un viaje que arranca cruzando el Estrecho de Gibraltar. Un recorrido que comienza cerca, muy cerca de España. A catorce kilómetros nada más. Y que conducirá al lector, primero, por los países de ascendencia árabe y las tierras más allá del Sáhara, hasta entrar en Etiopía. Desde allí atravesará la cordillera del Rift, puerta del África mítica en la que el Kilimanjaro es el rey. Hará escala en sus grandes parques nacionales, descubriremos las Fuentes del Nilo y navegará por los lagos Victoria y Alberto.
Tras saludar a los gorilas de montaña en el Ruwenzori y visitar la zona de los Grandes Lagos, bañados por la sangre de los hutus y los tutsis, el libro hace una imprescindible parada en el Congo y sigue descendiendo hacia el sur, hasta la tierra de los zulúes, el apartheid, Mandela y Biko, donde finaliza el recorrido.
Un viaje cuyo autor promete que será tan extenuante como excitante. Tan arriesgado y peligroso como ilustrativo y enriquecedor.
Y entretenido. Porque filmar en África sigue siendo complicado, difícil y, a veces, hasta surrealista. Y todo ello provoca rodajes repletos de anécdotas que Jesús Lens ha rastreado con paciencia para compilar en un libro de habla de películas conocidas por todos y otras que el lector arderá por ver cuando lea “Cienasta Blanco, Corazón Negro”.
Y es que, como señala el escritor Fernando Marías en el prólogo, estamos ante el mejor libro que ha escrito Jesús Lens hasta la fecha.
Ayer hablábamos del libro. De lo que supone pasar un año y medio trabajando en él. Y os invitaba a comprarlo. Ahora, también os invito a que nos acompañéis en la presentación, el jueves, en el marco de la Feria del Libro. ¡Qué ganas! Con nuestro querido Andrés Sopeña.
Y si hoy estás por la Feria, entre Puerta Real y la Carrera de la Virgen, por allá nos vemos. ¿eh?