Paco Cuenca será, desde hoy, alcalde de Granada. Salvo sorpresa. De esta manera, el PSOE recupera una Alcaldía histórica que perdió hace trece años, tras la olvidable y caótica experiencia del Tripartito. Salvo sorpresa, insisto.
Felicitemos, pues, al nuevo alcalde. Paco Cuenca. Constante, perseverante e incansable pateador de todos los barrios de la ciudad; duro fajador y buen encajador, acostumbrado a pelear a la contra en una Granada muy conservadora a la que ahora debe gobernar… con una minoría de concejales y en un ayuntamiento que va a resultar muy exigente.
Démosle la enhorabuena y concedámosle al nuevo alcalde de Granada un plazo razonable para disfrutar de su investidura. ¿Hasta las 2 de la tarde? Bueno va. Seamos generosos. Hasta las 5. Que la situación de la ciudad es lo suficientemente compleja y complicada como para que sea imprescindible empezar a cambiar algunas cosas desde ya.
Venimos oyendo hablar de la parálisis de la ciudad desde hace meses. Parte es achacable al gobierno en funciones de Madrid. Parte, a la situación creada por José Torres, el Empecinado. Resulta imprescindible, pues, que Paco Cuenca y su equipo de gobierno se pongan manos a la obra desde esta misma tarde.
Nos esperan días de vértigo, con esos nuevos concejales que asumirán mil y una funciones para pilotar la Granada que debe conducirnos al 2020. ¿Qué Granada están pensando diseñar y planificar, en estos tres años? ¿Qué les parece a los demás partidos esa Granada?
Cuando un nuevo equipo de gobierno llega a una institución, una de sus prioridades es que se note que está ahí. Que ha llegado. Que va a cambiar las cosas. Y la forma de hacerlas. Es lógico y normal. Sobre todo, cuando se trata de cambiar un paso sostenido durante trece largos años.
Hay mucho por hacer y corregir en esta ciudad nuestra, por supuesto que sí. ¿Por dónde empezará el nuevo regidor? Esa es la cuestión. Tengo muchas ganas de escuchar las primeras palabras de Paco Cuenca como alcalde. Sus intenciones. Sus ideas. Sus proyectos. Y tengo ganas de saber con quiénes cuenta para llevar a Granada hasta el 2020. Y con quiénes no.
Pero, ojo. Que las ganas de cambiar el paso no provoquen innecesarios e injustos atropellos. Sobre todo, cuidadito con la tentación de la piqueta. Que es tan golosa como peligrosa. Y tramposa.
Jesús Lens