Afilado como un blues a medianoche

Hay reseñas en las que no puedo ser objetivo y ésta sobre la última novela de Javier Márquez es una de ellas. Por varias razones.

 Afilado como un Blues a Medianoche

La primera, porque Javier es un tío cojonudo. Y eso, imprime carácter y marca a la hora de escribir sobre cualquiera de sus textos o actividades, desde un cuento a un reportaje en las estupendas revistas Forbes o Esquire, a una entrevista o… por supuesto, una novela.

La segunda razón por la que no puedo ser objetivo es porque “Afilado como un blues a medianoche” es un proyecto que conozco desde hace tiempo y que he visto nacer, crecer, madurar, podar y hasta bautizar; por lo que lo siento como un poco mío. Tras haber hablado largo y tendido con el autor sobre la trama, los personajes y las diferentes situaciones que plantea, hasta llegar a su portentoso final; feo estaría ahora que dijera que hay algo que no me gusta, no me convence o me chirría.

 Afilado como novedad

Una tercera razón por la que me chifla, subjetivamente, esta nueva entrega de Márquez es que estamos ante la continuación de aquella joya titulada “Letal como un solo de Charlie Parker” que ya comentamos aquí y que no me cansé de recomendar, ígnea y abrasadoramente, a todo bicho viviente que me pedía consejo lector… y también al que no me lo pedía.

Y cuando digo continuación quiero decir, sí, segunda parte. A mucha honra y sin prejuicio alguno. Porque una de las muchas cosas que agradecerle a Coppola es que dinamitara e hiciera saltar por los aires, con El Padrino II, el manido tópico de que Segundas partes nunca fueron buenas.

¿Qué no?

¡Espérate a leer la segunda de las aventuras protagonizadas por el inefable, grandioso y colosal Eddie Bennett y me lo cuentas! Una novela que, por supuesto, se disfruta aunque no hayas leído la primera de la saga.

 Letal como un solo de Charlie Parker

Y es que, aunque la siguiente exclamación sea una subjetividad tan grande como la capacidad lumínica de Las vegas, ¡has de leer esta novela, sí o también! Porque te lo vas a pasar… de cine.

Y ahí ya soy muy, pero que muy objetivo. Porque el universo que ha creado Márquez es muy, muy cinematográfico. Muy de mitad del siglo pasado. Y muy, profundamente norteamericano. Y es que Eddie Bennett vive y trabaja en las míticas Las Vegas en que reinaban Sinatra, Sammy Davis Jr. y, por encima de ellos, Dean Martin.

Pero los que gobernaban, en la sombra, eran otros personajes. Gángsteres y mafiosos sin escrúpulos que tenían conexiones con la mismísima Casa Blanca, convertida en el Camelot de los Kennedy. Y está Marilyn, claro. Porque el trabajo de Bennett, una especie de Sr. Lobo cuya especialidad es arreglar problemas, le lleva a trabar conocimiento con una leyenda del cine que, también era mujer. Además, Bennett se hará colega de un tipo que dejará mudos a todos los amantes del género negro y criminal.

Podría pensar alguien, eso sí: ¿qué hace un tipo de Sevilla y, además, insultantemente joven, escribiendo sobre Las Vegas y el Hollywood de los 60?

 Afilado como Javier Márquez

Créanme: el caudal de información y documentación que atesora Márquez sobre todo aquello de lo que escribe le convierte en una voz tan autorizada en la materia que no será raro que Martin Scorsese lo contrate como consultor cuando, por fin, enfrente el rodaje de su película sobre Dean Martin.

Ritmo, música, balas, peleas, juego, conspiraciones, estilo, copas y algunos de los diálogos más cínicos, crudos y descarnados de la actual narrativa española se encuentran, sabiamente combinados, en “Afilado como un blues a medianoche”. Una novela, además, dotada de una sólida estructura y que confirma a Javier Márquez como uno de los grandes de las letras negras escritas en castellano.

 Afilado como un Blues a Medianoche portada

Pero, claro. Esto es solo mi opinión. Subjetiva. Ahora, de ti depende si me crees y, de paso, te haces un favor a ti mismo; o si no lo haces y decides pasar de leer una de las grandes novelas del 2013. Lo que, sin duda, sería un gran error. Por tu parte.

Jesús Lens

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La estrategia del pequinés

No son sus brillantes, brutales y desconcertantes golpes de efecto lo que más me ha gustado de la novela de Alexis Ravelo, “La estrategia del pequinés”, publicada por la editorial Alrevés en su colección de Novela Negra.

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Tampoco es lo bien planteada, llevada y resuelta que está la trama de la novela, lo mejor de la misma. Una trama al estilo clásico, con planteamiento, nudo y desenlace. Tres actos. Y algún flash back. Directo, duro y al mentón. Contundente. Seria narración. De las que te agarran y ya no te sueltan.

Y no. Tampoco son los personajes lo más arrebatador de esta historia. Y mira que son personajes interesantes, diferentes, complementarios y contradictorios. Los hay que te caen cojonudamente, nada más conocerlos y otros que, conforme hacen su primera aparición, ya te están tocando los cojones. Por decirlo suavemente. Los hay a los que te gustaría matar y los hay por los que podrías matar. Literaria y metafóricamente hablando, claro.

Alexis Ravelo

Lo que más me ha gustado de “La estrategia del pequinés” es, por tanto, que mientras la estás leyendo; te crees todo lo que pasa en ella. Te crees la acción. Te crees la trama. Te crees a los personajes. Te crees cómo hablan, cómo visten y cómo actúan. Te crees sus motivaciones, sus actos y sus reacciones. Te crees los garitos por los que pasan, las calles por las que transitan, los apartamentos y las casas en que viven y los polígonos en los que trapichean.

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Y creer lo que lees, cuando lees una novela negra y criminal que tiene un atraco como tema central; es de una importancia capital.

Estos meses estoy trajinando libros muy distintos. Ya lo vais viendo, si sois seguidores asiduos de este blog. Por eso, cuando he pillado una novela pura de género, la he disfrutado largo y tendido, leyéndola en un par de sentadas, evitando cualquier distracción que me apartara de las andanzas de El Rubio, el Palmera, Cora y Sanchís.

Alexis Ravelo, una de las cabezas visibles del noir canario, que está viviendo un momento de esplendor gracias al trabajo de Antonio Lozano, José Luis Correa, Juan Ramón Tramunt o Mariano Gambín; ha escrito una novela que no decepciona a los amantes del género negro y que atraerá a lectores poco habituales del mismo, si es que aún los hubiera, dado su feliz nivel de expansión.

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De hecho, tanto se ha expandido el género que ahora es imposible entrar en una librería y no encontrar decenas de anaqueles repletos de novelas con el sello de “negro”, “policíaco” y/o “criminal”. Por eso, ahora más que nunca, hay que separar el grano de la paja, lo auténtico de la falsificación, la denominación de origen del hecho-en-cualquier-sitio; la calidad del hecho-de-cualquier-manera; la literatura de sabrosa y nutritiva cocción lenta de la insípida y vacua literatura basura.

Y “La estrategia del pequinés” es, indiscutiblemente, una de las novelas negras que hay que leer este 2013.

Jesús Lens, aprendiendo estrategias.

En Twitter: @Jesus_Lens

A pleno sol

Una apuesta arriesgada, la de Alejandro Pedregosa, al titular su última y extraordinaria novela con el mismo título con que los editores españoles bautizaron uno de nuestros libros referenciales y de cabecera, escrito por Patricia Highsmith en 1955: “The talented Mr. Ripley”.

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Una apuesta arriesgada y valiente que, sin embargo, tiene todo el sentido, no en vano, la acción de la novela transcurre en el lapso de unas semanas muy especiales: las que fueron de mayo a junio de 2011, en Madrid, cuando pareció que otro mundo podría ser posible. Una vez más. Para terminar demostrándose que, por desgracia, no es así. De nuevo.

Daniela es una joven inquieta que enarbola una pancarta, tan sencilla como poética, al comienzo de lo que se dio en llamar el 15-M: “Despierta y ponte a soñar”. Pronto entabla contacto y relación con algunas de las personas que protagonizaron aquellas jornadas de fraternidad, utopía y fe en un futuro mejor. Como Vigo, un actor argentino. O Chucho, un enigmático señor mayor de quien nadie sabe nada, pero que lleva ensaimadas de La Mallorquina y café caliente, todas las mañanas, a los indignados de Sol. Y está Jon, conectado a su iPhone. Y Uli, un alemán sempiternamente encuerado. Y Teresa, una señora muy chiquita con gusto por recopilar las leyendas, frases y consignas que escucha, lee y ve durante aquellos mágicos días. Y Lavane, una andaluza de habla verborreíca. Y de Cádiz.

A pleno sol consigna

Todos ellos verán su vida cambiar cuando Daniela desaparezca, misteriosamente, sin dejar rastro.

Chucho, que resulta ser un antiguo policía retirado, se hará cargo de una investigación paralela y complementaria a la oficial. Y para ello contará, con el apoyo –no sin suspicacias- de algunos de los indignados. Y de otros muchos personajes que jalonan una novela coral, extraordinaria y majestuosa, que consagra a Alejandro Pedregosa como uno de los mejores escritores españoles del momento.

La capacidad que tiene el autor de presentar y definir a sus personajes con apenas tres brochazos lo convierte en el gran Impresionista de las letras españolas: en dos párrafos, a través de un gesto, de una frase, de una réplica, de un detalle… el lector conoce y se representa, a la perfección, a todos y a cada uno de los múltiples protagonistas de una historia que, concentrada en el tiempo, va de adelante hacia atrás y de atrás hacia delante como en las mejores películas de cine negro. Ese cine negro protagonizado por enigmáticos y poderosos personajes femeninos desaparecidos, pero cuya huella, aliento y presencia se siente en cada fotograma, en cada página, a cada segundo.

Porque Daniela, a pesar de su desaparición, es la gran protagonista de la novela. Y Chucho, que lleva la voz cantante, como investigador. Solo que Chucho, como tipo enigmático que es, habla poco. Muy poco. Y, por eso, el resto de personajes también son protagonistas. Los ya citados y otros muchos. Como María de la O. Y Momo. Y el colosal Brito. Y los policías. Los de verdad. Y la familia de Daniela. Y Helena.

Tranqui, tranqui. Lo mismo estás pensando que te puedes perder en este maremágnum de nombres. ¡Para nada! Como te decía, la gran habilidad de Alejandro Pedregosa es ir presentando personajes que no solo tienen individualidad propia, sino que complementan y se retroalimentan a y de los demás, haciendo que la trama avance a pasos agigantados y, sobre todo, que te enamores de todos y cada uno de ellos.

A pleno sol Alejandro Pedregosa

¡Quién tuviera un vecino como Chucho, un amiguete como Jon o una compañera como Lavane! Lo he dicho muchas veces: las grandes novelas son aquellas a cuyos protagonistas te gustaría tener como amigos o con los que, al menos, te gustaría compartir unas Alhambras Especiales bien frías en tu bar favorito. Y, desde luego, a la cuadrilla de “A pleno sol” te la llevarías, entera, a ese bar especial, único y personal que forma parte de tu educación sentimental.

Por todo ello, si no sabes qué leer estas semanas o si alguien te pide que le recomiendes un libro para este verano, no lo dudes: “A pleno sol”. El de Pedregosa. Una novela rebosante de humanidad, cuyos personajes respiran, sudan, ríen y lloran en todas y cada una de las páginas de una novela que devorarás en tres sentadas y que no podrás olvidar. Por siempre jamás.

Y si no me crees… ¡ya puedes hacer la prueba!

Y hablamos.

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El silencio de tu nombre

Tuiteaba un día, mientras leía el último y extraordinario novelón de Andrés Pérez Domínguez, que daba gusto poder enfrentarse a una historia en la que su autor no tuviera que preocuparse de cómo inutilizar el móvil del protagonista. Al móvil telefónico, me refiero.

 El silencio de tu nombre

Y es que “El silencio de tu nombre” es una novela que podríamos encuadrar dentro del género “de espías”, si tal género existiera en España. Que existe. Pero que es tan desconocido como una sonrisa en la adusta cara de Mourihno. Eso sí, si hay un maestro en dicho género, desde luego, ese es Andrés Pérez Domínguez, cuya obra sigo con pasión desde que publicó “La clave Pinner”, hará ya… muchos. Demasiados años. (Ve enlazando, desde aquí, para convencerte de esa voracidad, so incrédulo/a)

Creo que solo me falta por leer una de las novelas de Andrés. Y ya tiene un buen número de ellas en su bibliografía. Aunque espero cubrir esa laguna bien pronto, sirva el dato como ejemplo del interés que las historias de este autor siempre me provocan.

 Andrés Pérez Domínguez

Historias que tienen como eje aquellos ominosos años 30, 40 y 50. Años turbios, oscuros, sangrientos, duros y complicados, pero literariamente fascinantes. Años en los que Europa fue el complejo escenario de varias guerras, más allá de la Civil Española y la II Guerra Mundial.

Guerras como las que tuvieron que soportar, en los años 50, Erika Walter y Martín Navarro, quienes pensaban que quizá, solo quizá, podrían vivir en paz, después de haber sobrevivido a la caída y la destrucción de Berlín.

Libra por libra, Andrés Pérez Domínguez es el escritor español que más y mejor documentación maneja sobre aquel período, por lo que la ambientación de sus novelas es, sencillamente, perfecta. Apenas te sumerges en “El silencio de tu nombre”, te encuentras transitando por el frío Madrid de los cincuenta, por la Berlín que se cae a pedazos, al final de la guerra, o por París, nido de espías.

 El silencio de tu nombre resumen

Y, después, están sus personajes. Personajes de esos a los que no solo te crees, sino a los que te gustaría conocer. Aunque tengan su puntillo de cinismo: “…en cuanto Artemio Corona se topaba con alguien capaz de jugarse el pellejo por aquello en lo que creía, esa persona se ganaba su admiración y su respeto. Dejarse matar por una causa perdida podía ser una estupidez o un sinsentido, pero quien era capaz de hacer algo así había nacido con un valor del que él carecía pero admiraba, y no podía dejar de ponerse de su parte”.

Personajes como ese periodista deportivo, amante de las barras americanas y frecuentador de Chamartín: “los periodistas son como los detectives. Siempre acaban metiendo la nariz en asuntos que no le incumben”.

Novelón. “El silencio de tu nombre” es un novelón, más allá de sus seiscientas y pico páginas. Un novelón perfectamente estructurado, con viajes en el tiempo y el espacio que reconstruye una época de nuestra historia no tan lejana. Y que lo hace con el brío de un narrador serio, solvente y comprometido con sus personajes, con sus vidas y con la literatura.

 Andrés Pérez Domínguez firmando

¡Grande, Andrés!

Jesús Lens

En Twitter: @Jesus_Lens

Los hombres mojados no temen la lluvia

¿Leíste esta entrevista, que le hice a Juan Madrid, nada más saberse que se había alzado con el Premio Fernando Quiñones de Novela?

Pues… ¡la novela ya está en las librerías!

Los hombres mojados no temen la lluvia

Y no pienses, por esa apacible estampa que acabas de ver, que ha sido fácil hacerse con ella. De hecho, mi Cuate Pepe y yo hemos tenido que pelear duramente por hacernos con nuestro ejemplar, en la librería Picasso, al salir de la presentación de «Qwerty Vintage» que hice esta mañana.

Y, una vez en el fragor de la batalla, cuando no nos quedaban contrincantes de peso, nos revolvimos contra nosotros mismos… ¡Joder con los efectos colaterales de la buena literatura negra y criminal!

Los hombres mojados no temen la lluvia Juan Madrid

¡Qué tensión! Andreu Martín, Juan Madrid y Mariano Sánchez Soler publican sus nuevas novelas. Todas premiadas. Todas atractivas. Así que… ¡adiós! Me voy a leer, que ando con la última de Andrés Pérez Domínguez entre manos y, como sostenía aquel célebre filósofo norteamericano Jack Bauer… ¡no hay tiempo!

Jesús Lens

A ver el día 2 de febrero de 2008, 2009, 2010, 2011 y 2012