Antes de ayer se materializó, como por arte de birlibirloque, el nuevo, auténtico y real presidente del Granada C.F., un tipo llamado Rentao Yi. Lo de materializarse es un decir, que todo fue un ir y venir de papeles, movimientos societarios, juntas de accionistas y notas de prensa. Y una foto del interfecto firmada por Wuhan DDMCC, a la sazón, la nueva propietaria del club granadinista, que no granadino.
Ahora que la entidad pertenece al Wuhan Football Club Management Co. Ltd. -ahí es nada-, busco información sobre el Grupo Hope, esa entidad con nombre de corporación fantasma que, hasta hace poco, poseía al equipo. Grupo Hope, que suena a malvado de película de 007, se diluyó durante la pendemia, según informaba Rafael Lamelas el pasado junio. ¿Y el ya expresidente, Jiang Lizhang, posteriormente conocido como John Jiang? Llegados a este punto, les juro que yo ya no entiendo nada, incapaz de saber quién es quién en este baile societario de misteriosas identidades con-fundidas.
Cambiemos de tercio. De existir, el SURIA, Sindicato Unificado de Robots e Inteligencia Artificial, habría puesto el grito en el cielo al saber que la gente acusa a Rafael Cabaliere, flamante (o no) ganador del premio EspasaEsPoesia, dotado con 20.000 euros, de ser un bot. Un robot, o sea. La inane poesía que cuelga en sus redes sociales, donde supuestamente tiene miles de seguidores, me da la razón cuando, de vez en cuando, tuiteo cosas así:
No tengo
nada que decir.
Pero al
escribirlo así;
me siento más importante.
Ahora que peino muchas canas, me sorprende el “tinte juvenil y motivador, fresco y urbano” de la popó-esía premiada, tal y como ha destacado en su fallo el jurado del Espaquépasa. Un fallo erróneo, además. O no. Porque esta polémica, en 2020, continúa alimentando la sensación de confusión que nos embarga desde el mes de febrero. Que un robot pudiera ganar un premio literario en este país no debería extrañar a nadie. Que una inteligencia artificial escriba de una forma tan cursi y tontorrona como el tal Cabaliere, sí.
Y mientras, la misteriosa pantera negra, sin aparecer…
Jesús Lens