El pollito al que me refiero, sin ánimo peyorativo, es Raúl Berdonés. ¡La que ha armado con las respuestas que dio a Quico Chirino en su ya famosa entrevista del pasado domingo!
He dejado pasar unos días antes de escribir esta columna para palpar el ambiente, una vez deglutida y asimilada una entrevista que corrió como la pólvora: gente que aún no tiene la suscripción a IDEAL Digital y no se pudo hacer con el periódico del domingo, estaba como loca por leerla de primera mano, despacio y bien. (Aquí la tienen, para suscriptores).
“Va a suponer un antes y un después”. Tres personas diferentes y cualificadas, poco sospechosas de haber hablado entre sí para pergeñar su respuesta, me vinieron a decir lo mismo: lo de Raúl Berdonés es un puñetazo en la mesa —y en la boca de alguno— que obliga a reaccionar y mover ficha a mucha gente. Y no necesariamente porque haya sido citada y/o aludida en la entrevista de marras.
Berdonés ha dicho muchas cosas que otros han denunciado antes, de la falta de un proyecto de ciudad a medio/largo plazo a la ausencia de líderes con peso para tirar del carro. De las dificultades que encuentra en Granada todo el que quiere hacer algo a la inoperancia en que está sumido el Ayuntamiento.
¿Por qué ha sido tan polémica la entrevista, más allá de que el fiasco del festival Iberseries, elevado a titular, ejemplifica a la perfección la ausencia de rumbo o criterio en la toma de decisiones del equipo de gobierno granadino?
Porque Berdonés es un empresario de éxito hecho a sí mismo que, cámara al hombro y desde La Chana, se ha convertido en una de las personas de referencia del sector audiovisual internacional. Con Secuoya y su Ciudad de la Tele, aspira a hablarle de tú a tú a gigantes como Netflix y HBO. ¡Ahí es nada!
Berdonés no es político ni intelectual orgánico. No resulta sospechoso como rojo bolivariano iraní ni como estómago agradecido de cualquiera de las derechas. No se anda con paños calientes y tiene ambición, visión de futuro y perspectiva de conjunto. Por todo ello, su discurso se ha escuchado tan alto y ha calado tan profundamente.
Granada tiene varios frentes abiertos, de los fondos europeos al Corredor mediterráneo. En todos ellos hay mucho riesgo de perder de una forma irreparable. Berdonés lo ha gritado, alto y claro. ¿Estaremos a la altura de la circunstancias?
Jesús Lens