Alcalá Read & Run Real

Al principio creí que me estaban vacilando, que era uno de esos órdagos que se echan para, en el último momento, no verlo y que la partida siguiera por los cauces previstos.

– ¿Hay alguien en el “Casablanca” que haya visto todas las películas del libro de Jesús?

– Sí. Yo.

Quién respondía era mi Cuate, claro. La persona que, además de haber visto todas las películas, efectivamente, ha ido leyendo los capítulos del libro a medida que los escribía y que, después, hizo muchas y pertinentes corrección. ¡Hasta se mantuvo a pie firme en el avión que nos llevaba de Estambul a Teherán, de madrugada, repasando los pies de foto que iba yo escribiendo con la BlackBerry, para ultimar “Cineasta Blanco, Corazón Negro”!

– Pues entonces, yo me bajo para que continúes tú con la presentación.

Ahí estaba, Nono, echándole el rentoy a Pepe, al que ví levantarse y acercarse al escenario del Casablanca.

 Read and Run Alcalá Nono

La sorpresa llegó cuando, efectivamente, Nono Vázquez, presentador de lujo, periodista, hombre de vino y teatro y buen compañero del colectivo literario “Entre Aldonzas y Alonsos”, se bajó del estrado y cedió su lugar a un Pepe que no dejaba de sonreír, disfrutando con mi cara de incredulidad.

Incredulidad no solo por la inesperada sorpresa, sino porque yo bien conozco el pavor patológico de Pepe a hablar en público. Pero es que uno tiene el Cuate que se merece y, haciendo de tripas corazón, allí estaba, micro en mano, empezando a hablar del libro, ese libro que tantas horas de sueño nos ha quitado y en el que tantas ilusiones hemos puesto.

Estaba tan estupefacto que por un momento tuve que pararme a pensar si aquello estaba ocurriendo de verdad. ¿No sería que me había deshidratado y que estaba viendo visiones?

 Read and Run Alcalá cuate

Porque, si bien en ese momento eran las seis de la tarde, la jornada de presentación de “Cineasta Blanco, Corazón Negro” en Alcalá la Real había comenzado antes. Mucho antes. Tan temprano como a las 12 de mañana, en la puerta del Tipi Tapa, uno de esos bares que, desde el domingo pasado, ya está en un lugar alto, muy alto, de mi lista de Garitos con Personalidad, de esos en los que no estás como en casa, sino mejor. Mucho mejor.

Sol. ¿Calor? ¿Sería más pertinente la camiseta africana de manga corta? Porque lo que íbamos a hacer era salir a correr.

Es la esencia del Read & Run, como explicábamos aquí: combinar el deporte con la cultura, empezar quemando calorías para luego recuperarlas al calor de unas birras, tensionar las piernas e inflamar los pulmones para que, después, las palabras sonaran mejor.

 Read and Run Alcalá runners

Y allí estaba Chele, en manga corta. Afilado como un cuchillo. Poco a poco fueron llegando más socios del Club de Hockey y Atletismo de Alcalá. Algunos venían ya sudando, tras haber rodado 10 kilómetros antes de sumarse a nuestra partida. ¡Ese es el espíritu guerrero!

Tras unas fotos y atender al cariñosísimo compañero del periódico IDEAL, corresponsal en Alcalá (AQUÍ, su crónica); Alberto, Andrés, Javi, Marino, Raúl, Chele y un servidor, siete amantes del running salimos trotando por las calles de Alcalá. Hacia arriba. Siempre hacia arriba. Que no hay metro plano en este pueblo que, junto a Salobreña, se ha convertido en un segundo hogar en el que uno recibe el calor de su buena gente.

Lens y Cuate

Buena gente como Raúl, el artífice de que todo esto fuera posible. Ahí iba el tío, tosiendo y con el pecho repleto de mucosidad, echando el bofe hacia arriba. ¡Qué no se diga! Y es que Raúl es uno de esos tipos que no sabe decir que no. Y, aunque supiera, no lo diría. Entusiasta, caótico, voluntarioso, torrencial… fue decirle qué idea tenía para esto del Read & Run y lo organizó en un pispás y a las mil maravillas.

Cuando subimos un repecho especialmente exigente, antes de que le reventaran los pulmones obstruidos, Raúl nos despidió cordialmente y se volvió al Tipi Tapa, donde mi Cuate, sin yo saberlo, estaba repasando sus notas para la presentación.

Read and Run Alcalá tipi tapa

Y allí me quedé, excepcionalmente arropado por los Correcaminos Alcalaínos que ejercían de liebres, galgos y guías, explicándome todo lo mucho y bonito que íbamos viendo, desde el pico de La Martina a ese antiguo vertedero, en un enclave mágico y afortunadamente limpiado y recuperado. El momento en que llegamos a aquel llano y Sierra Nevada apareció en toda su magnificencia solo fue comparable a ese otro en que, de vuelta, la Fortaleza de la Mota se erigía, señorial, sobre las abigarradas calles del pueblo. Conseguí reconocer el Palacio Abacial, desde las alturas, a pique de matarme, de tanto mirar el paisaje. Pero la ocasión lo merecía.

 

¡Así se genera afición! Nueve kilómetros y medio de carrera y charla, por el monte abierto, con los músculos en tensión, zapateando y hablando de Alcalá, de carreras, maratones, entrenamientos y nuevamente de Alcalá. Y su gente. Algún otro tema se cruzó en el camino, a la altura del Campo de Tiro, pero esa es ya otra historia.

 

Como la que siguió en el Tipi Tapa, alternando las Alhambras Especiales con un estupendo tinto de la tierra, de cuyo nombre no consigo acordarme y merced al buen hacer y la simpatía de Encarni. Y el arroz de Ángeles (detallazo, viniendo después en vez de descansar un rato, a escuchar la plática). ¡Ya ves si tenían razón todos los que habían puesto por las nubes esa paella! Los flamenquines, el solomillo al roquefort, las croquetas… y la conversación. A la que se habían unido Nono, su mujer y su hijo; El Rafa y el librero de Alcalá. Se incorporaron Alberto y algún otro de los corredores y allí, entre vinos y birras, risas, historias, chistes y anécdotas; nos metimos en esas cinco de la tarde que nos condujeron al Casablanca.

 

Hablar del Casablanca es hablar de Julián, uno de esos tipos que deberían ser protagonistas de relatos, historias y películas. Julián es un tipo vivido y viajado, a los que el mundo se le refleja en el rostro.

Read and Run Alcalá alberto

Y su garito tiene, por supuesto, la misma personalidad y magia en el ambiente. Por eso, cuando Pepe terminó de hablar, aún nervioso, y yo conseguí volver a la realidad, comenzó la charla de cine, viajes e historia de África.

 

Pero de todo eso ya sabéis, ¿verdad?

 

O quizá no. O quizá te apetezca saber algo más.

 

¿Qué tal si te animas a proponer otro Read & Run, próximamente? Yo, desde luego, voy. ¿Te animas?

Read and Run Alcalá futbolín

Siento haberme enrollado tanto, pero no quería dejar de ser prolijo en la descripción de uno de esos días que ya no se olvidan. Y de la banda sonora de “Roja”, en el trayecto, ya hablaremos.

 

Termino. Con ¡Salud! y un ¡Gracias! a todos los que lo hicisteis posible. A los que comprasteis el libro. O a ese concejal que, predicando con el ejemplo, no compró uno, sino dos libros.

 

Reitero:

 

GRA-CIAS, Alcalá la Real.

 

En el corazón.

 

Jesús Lens

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