Tesoros y vertederos submarinos

Hagamos como cuando éramos chicos: tengo dos noticias, una buena y una mala. ¿Cuál prefieren leer ustedes primero?

Yo, siempre la mala. Por ejemplo: ‘Vertedero marítimo. En los fondos marinos de la Costa granadina se acumula la basura que se arroja desde la superficie, la mayoría plásticos de invernaderos”.

¿Leyeron y vieron las demoledoras fotos del espectacular reportaje de Rebeca Alcántara, en el IDEAL del pasado domingo? AQUÍ lo tienen. Fue un shock. Venía de Lyon, donde todo está tan cuidado, donde miman a sus ríos con tanto cariño, que me entró un súbito bajonazo.

“Es imposible limpiar el fondo del mar, pero sí se puede trabajar para averiguar cuál es el origen de esos residuos y poner en marcha acciones que ayuden a que estos desperdicios dejen de llegar a nuestros océanos”. Son palabras de Enrique Montero, impulsor de un proyecto medioambiental llamado Ecopuertos, y me parecen de imprescindible aplicación.

Lo están viendo ustedes, una y otra vez, en mil y una informaciones: nuestros mares se ahogan en plástico. Y, con él, las criaturas que habitan en los fondos marinos. Ese pescado que ustedes y yo nos comemos, sin ir más lejos, hasta el punto de que un 70% de la sal y el marisco que se venden en España contiene microplásticos, según la OCU.

Puede parecer una exageración, pero la guerra contra el plástico es una de las más importantes que debemos librar, por muchos frentes abiertos que tengamos a nuestro alrededor.

Lo malo de haber empezado por la noticia mala es que me he comido casi todo el espacio de esta columna. ¡No es justo! Aun así, y a pique de ampliarla en próximos días, terminemos hablando de algo positivo, dándole la palabra a Laura Ubago y recordando el IDEAL de hace una semana: ‘Almuñécar plantea montar un museo submarino con esculturas y barcos hundidos’. (Leer AQUÍ)

Ejemplo de Museo Submarino, en México

Mucho se está hablando de posibles museos y otras infraestructuras culturales en la precampaña electoral y, sin embargo, demasiado poco se ha comentado esta extraordinaria idea. Esto sí es algo nuevo, diferente, interesante, atractivo y rompedor; nicho de mercado para un turismo cultural distinto al habitual.

El haz y el envés de de nuestros fondos marinos, que no podemos permitir que sigan siendo un vertedero.

Jesús Lens

El agua presa de Rules

¿Situaron ustedes a la presa de Rules en su lista de infraestructuras pendientes en Granada, ayer, si participaron en esta propuesta? Bueno, a la presa como tal, no. A las conducciones, quiero decir. ¿Se acordaron de ellas? Porque el tema del agua, por mucho que este año haya llovido con abundancia y ahora estemos bajo la Gota Fría, es capital.

No acordarse de la presa de Rules y sus conducciones pendientes es no acordarnos de los agricultores de la Costa Tropical, de sus necesidades y demandas. Es echar los mangos, aguacates, chirimoyos y demás productos hortofrutícolas al saco del olvido. Pero, sobre todo, la presa de Rules sin conducciones es un monumento al despilfarro, una inversión elefantiásica cuyos máximos beneficiarios son… los windsurfistas. Que ole por ellos, pero que manda huevos.

Si les gusta la geoestrategia y son de leer informes de análisis y perspectivas globales, sabrán que el acceso al agua es uno de los desafíos más importantes a los que se enfrenta la humanidad. De hecho, la propiedad del agua es fuente de conflicto en todo el mundo, incluida la España de los trasvases. Frente a este panorama, en la Granada que viaja en el furgón de cola de una de las regiones más pobres de Europa… tiramos el agua al mar.

Lo denunciaban los miembros de la asociación Agua para el Campo, tal y como contó Rebeca Alcántara en las páginas de Ideal, a comienzos de septiembre: “Los pantanos están hasta la boca y el agua se sigue tirando al mar, mientras que los agricultores de la margen derecha del Guadalfeo seguimos pagando la electricidad a precios desorbitados”. (Leer AQUÍ)

Los agricultores de la Costa Tropical insisten en sus críticas a PP y PSOE por igual: “Este embalse se hizo precisamente para llevar agua a esos puntos y quince años después sigue sin haber tuberías que la conduzcan. A cualquiera de fuera que se lo cuentes, no se lo cree”.

Efectivamente, resulta increíble. Como inaudito es escuchar que los agricultores están dispuestos a poner dinero de su bolsillo para que se afronte, cuanto antes, el proyecto conocido como Tubería Negra. Es una parte de la obra total que permitiría llevar el agua a la margen derecha del Guadalfeo y que en nada entorpecería o condicionaría las futuras obras de canalización. Un tema, el del agua y Rules, a seguir muy de cerca.

Jesús Lens