Es, por tanto, un anciano, deportivamente hablando.
¿Te acuerdas de esta entrada, dedicada a Ryan Giggs y el Poder Viejuno? Pues hoy podemos hacerla extensible a Ray Allen, uno de esos jugadores que ya son leyenda. Y que hoy, con este triple, ha contribuido a hacerla aún más grande si cabe, al forzar de manera increíble la prórroga contra San Antonio y, de esa forma, propiciar un séptimo y definitivo partido por el Anillo de la NBA.
Alguien podrá pensar que es potra. O suerte. O casualidad.
En absoluto. El bueno de Ray, a sus 37 tacos, sigue llegando a los pabellones 4 horas antes del inicio de los partidos. Para ir calentando. Y para hacer ejercicios de tiro. Entrenamiento. Preparación. Compromiso. Y convencimiento. Todo un ejemplo a seguir por cualquier jovenzuelo que tenga interés en dedicarse al deporte, profesionalmente hablando.
El tercero de los aPostados de este agosto reivindica a una figura «menor» dentro de los Juegos Olímpicos. Porque no solo de la ÑBA, Phelps, Mireilla o Bolt vive Londres… ¡poder viejuno! (Por cierto, gracias a Barrera por convertirnos en parte de su verano, como podéis leer aquí.)
Ryan Giggs, Ryan Giggs, running down the wing,
Ryan Giggs, Ryan Giggs, running down the wing,
Feared by the blues, loved by the reds,
Ryan Giggs, Ryan Giggs, Ryan Giggs.
Cántico de los aficionados del Manchester United
Hace muchos, muchos años, cuando un servidor ejercía como abogado y el Turno de Oficio aun pagaba las guardias y las asistencias a los detenidos; Internet era algo que, al conectarse, hacía ruidos y gemía como los goznes de una casa antigua en una noche de tormenta. Recuerdo aquellos extraños lamentos de la línea telefónica porque prácticamente todos los días me iba a la habitación de mi hermano para jugar al novedoso y extraordinario PC Fútbol y su Liga Manager, en la que eras a la vez el presidente, el entrenador, el mánager y hasta el psicólogo de tu equipo.
El programa valoraba a los jugadores entre el 1 y el 100. Los mejores jugadores, con un noventa y pico de valoración, eran Stoichov, Cantona y Overmars, creo recordar. Y había por ahí una estrella emergente, que apenas sobrepasaba los 80 de valoración, llamado Nazario, posteriormente conocido como Ronaldo. El de entonces. El vividor. El gordo. El de amarillo. El brasileño. El genio.
Pero entre los grandes cracks de aquel primitivo PC Fútbol, igualmente valorado con un noventa y pico, también se encontraba un lateral zurdo del Manchester United, de origen galés: Ryan Giggs.
Si están ustedes siguiendo los Juegos Olímpicos y no han abominado del fútbol tras la debacle y el ridículo del combinado español (ya solo el nombre de La Rojita es sonrojante) estén atentos al equipo de Gran Bretaña, capitaneado por un “joven” jugador que ya no sube la banda izquierda a la velocidad del rayo para centrar misiles al área contraria, sino que, más centrado, sabe cómo templar, mandar y dirigir a su equipo desde la solvencia, la sapiencia y la experiencia de quién debutó en 1991, con 17 años, en Old Trafford, el mítico estadio del no menos mítico Manchester United. Su nombre: Giggs. Ryan Giggs.
A nada que hayan puesto las neuronas a funcionar y hayan echado cálculos, les habrá salido que, efectivamente, Giggs tiene ya la friolera de 38, para 39 años (los cumple en noviembre).
¡39 tacos y ha renovado, un año más, con el United, equipo en el que sigue jugando partidos de la Premier League y la Champions! Treinta y nueve primaveras, 876 partidos oficiales disputados con los Red Devils, 33 títulos ganados y, sobre todo, un récord absolutamente fantástico: nunca ha sido expulsado en los 909 partidos que ha jugado, en las diferentes competiciones en las que ha participado.
Tan es así que, en 2003, en el cénit de su carrera, el inefable Homer estaba viendo la televisión y se sorprendía en uno de los episodios de “Los Simpson”, exclamando: “¿Pueden creer que han amonestado a Giggs?”
Y, sin embargo, Giggs no es ningún ser apocado, blandito o timorato. Cuenta la leyenda que, una noche, Beckham le pidió ayuda ya que alguien había entrado a robar en su casa. No tardó el galés en presentarse en el hogar de su compañero y amigo acompañado de… un bate de beisbol.
Ahora que otro jovencito incombustible, Roberto Carlos, se ha retirado; ahora que Vinokurov ha anunciado su adiós, después de hacerse con la medalla de oro de ciclismo en ruta; a la generación de los primeros setenteros cada vez nos quedan menos espejos en los que mirarnos, si buscamos a deportistas de élite, de primera línea mundial, competitivos, comprometidos, luchadores y ganadores.
Así las cosas, Ryan Giggs es, hoy más que nunca, uno de esos referentes a los que admirar y reverenciar. Por su tenacidad, por su espíritu de sacrificio y por su voluntad.
¡Larga vida (también deportiva) a Giggs!
Jesús admirativo Lens
Éste ha sido el tercer aPostado de agosto. Los anteriores: «Batman» y «Ejército enemigo«. ¡Seguimos!