Ajuste de cuentas con un año negro y criminal

El 2018 ha vuelto a ser un año negro. Muy negro. Y criminal. Un año en el que la cultura policial nos ha dado muchas y muy buenas alegrías que vamos a tratar de resumir en sus hitos principales.

Comenzando por lo más cercano: Norma acaba de reeditar el Integral dedicado a “Blacksad”, la obra maestra de nuestro paisano Juanjo Guarnido y de Juan Díaz Canales. No nos cansamos de recomendar un cómic fundacional, ni nos cansamos de releerlo. Ni de regalarlo. Imprescindible.

Siguiendo en el mundo de las viñetas, uno de los grandes hitos del año negro y criminal en Granada fue la visita de José Muñoz, el padre del mítico personaje Alack Sinner. Vino a Granada Noir y participó en la inauguración de la muestra que, hasta vuelta de Año Nuevo, todavía se puede disfrutar en La Madraza: “Rueda de Reconocimiento: Huellas del Noir en el cómic granadino”, coproducida por GRN y la Universidad de Granada, con originales del propio Juanjo Guarnido, Gabriel Hernández Walta, Francis Porcel, Sergio García, Natacha Bustos, Belén Ortega, Jorge Jiménez, Enrique Bonet o José Luis Munuera, entre otros.

Por cuanto a cine y televisión, la extraordinaria secuela de “Sicario” nos sirve para constatar que, afortunadamente, segundas partes pueden ser buenas. Y, en España, otra buena hornada de cine negro, con “El reino” de Rodrigo Sorogoyen en lo más alto de los rankings del 2018, llamada a llevarse la mayoría de premios y galardones.

Por su parte, David Simon sigue en plena forma y, entre rumores y filtraciones sobre sus próximos proyectos, se han estrenado las dos primeras temporadas de “The Deuce”, una serie extraordinaria basada en el mundo de la prostitución y del comienzo de la industria pornográfica, mostrando a una Nueva York que, en los años 70 del pasado siglo, era una ciudad completamente diferente a la actual.

Precisamente sobre el tema de la prostitución, Mabel Lozano ha escrito uno de los libros más importantes del año en España: “El proxeneta”, publicado por la editorial Alrevés y llevado al cine por la propia Mabel Lozano. Un libro estremecedor que, a través de la no ficción, nos sitúa frente a nuestras contradicciones, como ciudadanos y como sociedad, al abordar el tema de la trata de mujeres para la explotación sexual.

Desde la no ficción nos llega otro de los títulos presentes en la mayoría de listas de imprescindibles del 2018, aclamado por la crítica y excelentemente bien recibido por el público: “El dolor de los demás”, del murciano Miguel Ángel Hernández y publicado por Anagrama. Autoficción introspectiva que analiza el proceso creativo a la vez que hurga en la importancia de la memoria y en la necesidad de determinar la verdad de los hechos, duela a quien duela.

La reciente “Yo pude salvar a Lorca”, de Víctor Amela, publicada por Destino, es otra novela con la autoficción como excitante recurso narrativo. Una novela en la que aparecen personajes que siguen provocando noticias. Como Emilia Llanos, una mujer adelantada a su época, una de las granadinas más importantes del siglo XX, íntima amiga de Lorca, aliada de Penón en la primera búsqueda de los restos del poeta y que estos últimos dos días ha estado de alarmante actualidad.

Foto: Alfredo Aguilar, en la antigua casa de la familia Rosales, hoy Hotel Reina Cristina

Su biógrafa, Lola Manjón, publicaba en Twitter, el día de Navidad, una foto con la tumba de Emilia “advertida” de desahucio que corrió como la pólvora en las redes sociales. Recogida por los medios de comunicación, la información despertó una ola de indignación que ayer se fue aplacando progresivamente al saberse que se incluirá a Emilia Llanos en la nómina de ilustres granadinos y que Emucesa costeará los gastos de su última morada.

¿Que tal si aprovechamos esta situación para leer el libro de Lola Manjón, “Emilia Llanos Medina. Una mujer en la Granada de Federico García Lorca”, y hacer justicia poética? Demostremos que, aunque en la tumba de Emilia haya figurado la etiqueta de “vencida”, la memoria, el compromiso y la literatura la han convertido en vencedora. Y de paso, aprovechemos para recordar la famosa Maleta de Penón, de la que seguimos sin tener noticia alguna.

Otro de los grandes libros del 2018: “Tigres de cristal”, de Toni Hill, publicado en Grijalbo. Una novela en la que el acoso escolar sirve como trama en la que se enreda un reparto coral, a caballo entre la sociedad contemporánea y las de los años 70 del pasado siglo. Un fresco sobre nuestra historia en el que nos sentimos perfectamente representados.

“Justo”, de Carlos Bassas del Rey es otra imprescindible novela realista y me ha parecido muy revelador que Gibraltar y sus alrededores figuren como escenario de novelas apasionantes de Lorenzo Silva, Montiel de Arnáiz y Jerónimo Andreu. Para la reflexión.

Quiero terminar este repaso destacando una de mis últimas lecturas, “En silencio”, de Martin Ledun, publicada por Off Versátil y sobre la que hablaremos próximamente más en extenso, que la situación de sus personajes puede tener mucho que ver con la de esos “chalecos amarillos” que han estado tan de actualidad en las últimas fechas.

Jesús Lens

Alack Sinner, Muñoz & Sampayo: un monumento al Noir

Cuando ustedes paseen por los anaqueles de la librería Picasso Cómics, entre los Blacksad de Guarnido y Canales, La araña del olvido de Bonet, La Visión de Hernández Walta y el Millenium de Belén Ortega -estos nombres no están citados al azar, ejem, ejem- se toparán con un volumen espectacular, sólido y rocoso, negro como la pez; editado por Salamandra Graphics.

Es fácil de reconocer: desde su portada se verán ustedes taladrados por la intensa mirada de un tipo cuyo rostro, pétreo y coriáceo, muestra tantas arrugas como el del actor Tommy Lee Jones. Un tipo que fuma y que lleva el nudo de la corbata, negra, un poco aflojado. De hecho, ustedes podrían pensar que se trata de uno de los protagonistas de “Reservoir Dogs”, la película de Tarantino…

Pero no. Porque un par de palabras en letras rojas no dejan lugar a la duda. Se trata de Sinner. Alack Sinner. Y las 700 páginas con la recopilación de todas sus historias es un monumento tan majestuoso que podríamos situarlo a la altura de una Catedral gótica o de un roble centenario.

¿Quién es Alack Sinner? Hablamos de uno de los personajes esenciales en la historia del cómic. Creado por dos autores argentinos, el guionista Carlos Sampayo y el dibujante José Muñoz, Sinner nació en 1975, cuando sus primeras historietas aparecieron publicadas en Italia. A España no tardó en llegar, que lo publicó Totem a partir de 1977.

A Sinner lo conocemos al principio de su carrera. Acaba de volver de la guerra de Corea y es un joven agente de policía que trabaja en las duras calles de Nueva York. Un agente con fama de recto e insobornable, por lo que no tardará en chocar… con sus propios compañeros. Aunque su comisario se muestra comprensivo con él, una conversación con el mismísimo jefe de policía de Nueva York le abrirá los ojos:

—Vivimos momentos duros. Muchas veces la ley no basta. La democracia es un gran sistema, pero a veces se mueve con lentitud, sobre todo cuando se trata de aplicar o no aplicar la ley… Así que es importante que los miembros de este cuerpo utilicen sus propios criterios… Somos un sistema dentro de otro sistema. Un poder, si me permite el término. Por esa razón no solo tenemos el derecho, sino también la obligación de conservar nuestra integridad. Es posible que usted no haya caído en eso, lo cual me hace preguntarme: ¿es usted un ingenuo un poco mongólico o un simple hijo de puta?”

A la semana siguiente, Sinner dejará la policía y abrirá su propio despacho, convertido en detective privado. Y sus choques con la policía serán constantes, de ahí en adelante.

Hubo un tiempo en que Nueva York era una ciudad dura y complicada. De hecho, durante los años 80 del pasado siglo, estaba catalogada entre las más peligrosas del mundo. De ahí el poderoso aspecto visual que presenta la ciudad en las historias de un Sinner que acabará perdiendo su licencia de detective, conducirá un taxi y, posteriormente, se convertirá en un ciudadano más de la Gran Manzana cuyo papel será… relacionarse con los demás. Vivir y nada más, como explicaba José Muñoz en una entrevista concedida a David Muñoz que apareció publicada en la revista de crítica e información de cómic “U”.

Muñoz y Sampayo conciben a Sinner, al principio, como un personaje canónico del Noir. Un trasunto de Philip Marlowe, pero en la Costa Este. Poco a poco se irán alejando del género y Alack tendrá cada vez más aristas, rostros y dobleces. Como explica José Muñoz en la entrevista referida, se trata de “un caballero que tiene alguna que otra melancolía y alguna que otra herida, diferente a la de Philippe Marlowe, diferente a la de Sam Spade, de Hammett, le dimos más carga humana, digamos, más espesor psicológico que lo de Hammett”.

Y un detalle básico, no muy habitual: Alack Sinner va envejeciendo a medida que pasan los años. A lo largo de las 700 páginas editadas por Salamandra Graphic, también le veremos cambiar físicamente. Acostumbrados a tantos personajes del cómic que siempre presentan el mismo aspecto, Alack Sinner va notando el paso del tiempo y los achaques de la edad. Así las cosas, la experiencia acumulada, además de hacerle más cínico -y sentimental- también le aumenta el número de arrugas en su ajado y baqueteado rostro.

Sus primeras historias nos muestran los códigos tradicionales del género negro. Poco a poco, Muñoz y Sampayo se van soltando, sintiéndose cada vez más libres. Su criatura sigue inmersa en el universo del Noir, aunque cambie su pequeño despacho por un taxi o, más adelante, se dedique a viajar por todos los Estados Unidos. Será testigo de las tensiones raciales que afectan a los afroamericanos y a los sudamericanos. Vivirá de cerca el conflicto de Nicaragua a través de un joven sindicalista y conocerá a una familia de exiliados españoles de Guernica radicados en Nueva York. Sinner es un habitual del Madison Square Garden y sus veladas de boxeo y en Joe’s tiene una segunda casa.

Alack Sinner es una obra total, totémica y monumental. En ella está todo. Como podemos leer en “U”, de boca de José Muñoz: “Nosotros con Alack Sinner hemos contrabandeado vida, hemos contrabandeado sentimientos, hemos contrabandeado opiniones humanas y políticas dentro del cuadro policíaco”.

¿Y saben lo mejor? Lo mejor es que José Muñoz estará en Granada Noir el último fin de semana de septiembre. Mantendrá una conversación abierta al público con José Luis Munuera, en La Madraza, el sábado 29 por la mañana, y firmará sus álbumes a los aficionados. Además, en La Cueva de 1900 y con la colaboración de Cervezas Alhambra, esperamos que participe en una idea tan loca como sugerente, de la que pronto hablaremos: “Trazos en una servilleta”. ¡Permanezcan atentos a su periódico!

Jesús Lens