Sábado a mediodía. Terraza de la Ruta del Azafrán, al pie de la Alhambra, combatiendo los rigores del veranillo de San Miguel con tercios de Alhambra Especial bien fría. Disfrutábamos de las estupendas viandas preparadas por el cocinero Antonio Martínez y charlábamos con Marta Robles y Carlos Zanón, dos de los autores que han estado con nosotros en Granada Noir.
Hablábamos de la próxima edición de BCNegra, hoy por hoy, el mejor festival noir de España. Y de la inminente nueva novela de Marta, que aparecerá en enero. Trazábamos alianzas y estrategias. Hablábamos de lecturas y de películas. Pasadas, pero también futuras.
—Imagínate que, de repente, tu futuro no existe. Que te despiertas por la mañana y que sólo tienes 5 euros en el bolsillo. Ninguna red de seguridad. Ningún plan. Nada. La ropa que vistes, un puñado de monedas y 24 horas por delante.
Zanón ejerció como abogado de oficio durante más de 20 años, haciendo la asistencia al detenido en cientos de guardias. A la vez, escribía novelas. Y artículos, cuentos, poemas y letras de canciones. Él sí tenía un plan. Como usted, que está leyendo estas líneas. Como yo, que las escribo.
Pero ahí fuera hay miles de personas que están solas. Que son invisibles y sienten que su vida es intrascendente, sin sentido. Personas para quienes la violencia es una forma de autoafirmación. La única forma posible de tratar de que cambie su suerte, de buscarse la vida, de reparar una sensación de injusticia.
Y la pregunta: ¿puede la cultura ayudar a combatir la delincuencia? Gracias a la Fundación Tres Culturas, sobre ello conversaron Carlos Zanón y Jesús Garrote, director de Santiago Uno, un centro educativo de Salamanca cuyos alumnos participaron en el pasacalles inaugural de Granada Noir. Garrote explicó que han cambiado a los guardias de seguridad por payasos, montando una escuela de circo y una de cine para chavales de más de 20 nacionalidades distintas.
Darles afecto. Escucharles. Hacerles partícipes en la toma de decisiones. Reconstruir un universo de afecto a su alrededor. Hacerles trabajar. Darles responsabilidades. Ayudarles a planificar un futuro.
Jesús Lens