Desde el mismo momento de la elección de Luis Salvador como alcalde de Granada comenzó el runrún de la moción de censura. Tiren de memoria o, en su defecto, de hemeroteca.
Una vez olvidadas las embestidas de Onofre Miralles, pura verborrea, y a pesar de la sonora dimisión de Sebastián Pérez; la cuestión bajó de intensidad durante la primera ola. Sin embargo, ha vuelto al ‘candelabro’ una vez que Pérez ha re-dimitido de parte de lo que le quedaba por dimitir, quedándose como concejal de infantería en el ostracismo más absoluto. Las matemáticas, dicen los expertos, darían para ello. Las cuentas salen. Los números encajan.
La lógica, sin embargo, indica lo contrario. Y no solo porque, a pesar de todos los pesares, cuesta mucho trabajo imaginar a Cuenca, Cambril y Pérez uniendo sus manos en plan ¡vamos equipo!
Cuenca, si alguien le preguntara y tuviera que definirse en público, diría que, ante el desgobierno de la ciudad, está dispuesto a arremangarse y hacerse cargo de la plaza del Carmen, aunque sea en minoría y en tan variopinta compañía. En determinados momentos, hasta podría planteárselo. Sin embargo y a nada que lo analice fríamente con sus compañeros, fijo que hace fu, como a los gatos.
Granada se ha convertido en epicentro del coronavirus en España, lo que se merece un sereno análisis. Si la ciudad ya arrastraba problemas estructurales, además de estar financiera y económicamente arruinada, lo que se nos viene encima es muy desalentador. En 2020 y 2021, la recaudación municipal por impuestos, tasas y tributos va a ser lógica y necesariamente mucho menor que en años anteriores.
El turismo tardará muchos meses en volver y, por desgracia y si las ayudas no lo remedian, van a cerrar muchas tiendas, comercios y pymes. Va a subir el paro y, en general, va a haber menos dinero para gastar e invertir. La actividad económica se va a ver seriamente afectada. Es duro, pero es así.
A Ciudadanos y a PP les toca gestionar todo esto, con sus aciertos y errores. No es momento para juegos de cromos y dudo mucho que los hipotéticos participantes en la partida se hayan planteado siquiera barajar las cartas. ¿Y para mayo del 2021? Paco Cuenca tendría que haber resuelto sus problemas con la justicia, o viceversa. Lo mismo hasta hay vacuna. Pero la situación seguirá siendo durísima. En mayo de 2021, con la que está cayendo, todos calvos. Y tocando madera.
Jesús Lens