¡Ver para vivir! (Y escuchar)
Jesús Massive Atack Lens
¿Y en anteriores 29 de febrero? Pues, claro: solo en 2008. Y una locura de anuncio, era. Y una imagen chula. Y una columna en IDEAL. Fue un día potente, el 29 de febrero de hace cuatro años…
¡Ver para vivir! (Y escuchar)
Jesús Massive Atack Lens
¿Y en anteriores 29 de febrero? Pues, claro: solo en 2008. Y una locura de anuncio, era. Y una imagen chula. Y una columna en IDEAL. Fue un día potente, el 29 de febrero de hace cuatro años…
Yo daría por sentado que todo el mundo sabe, cuando leáis esta nueva colaboración con La Opinión, se qué películas hablamos, homenajeadas por dos series de televisión recién estrenadas.
Pero lo mismo me llevo una (desagradable) sorpresa…
Jesús homenajeador Lens
Infundado. El temor era infundado. Porque, cuando le meten a uno una serie hasta por los orejas, desde meses antes de su estreno, el temor era que no estuviera a la altura de lo esperado, de lo anunciado, de lo prometido.
Que “Juego de tronos” es la serie que hay que ver lo saben hasta en la China. Y, si no sabes de lo que hablamos, lo mismo tampoco te has enterado de que hace unos días, dicen, mataron a un tal Bin Laden. Porque si no, no se entiende.
Prensa, radio, televisión y, sobre todo, Internet, vienen hablando de la gran apuesta televisiva de la HBO para este 2011, desde hace meses. Sin exagerar. Mismamente hoy, la publicidad de este Blog lo llevaba pegado, a la derecha de la pantalla: “Se acerca el invierno…”
¡Pues ya está aquí! Ya ha llegado. Ya está helando. Porque, efectivamente, el temor era infundado. No han hecho falta más que 60 minutos para estar ya rendidos a una serie que promete, efectivamente, sexo, violencia, aventuras, fantasmas, espada, brujería, ironía, réplicas y contrarréplicas y el máximo hijoputismo; elevados todos ellos a la enésima potencia.
Antes de ver el primer episodio ya habíamos leído que “Juego de tronos” era “Los Soprano” en versión medieval o una adaptación del universo del Señor de los Anillos a la contemporánea concepción televisiva, sin prejuicios, de la HBO. Habrá quién añada cosas de Conan, de Excalibur…
No debemos olvidar que “Juego de tronos” es la adaptación a la televisión, o sea, al mejor cine del momento, del ciclo novelístico de George R.R. Martin, titulado “Canción de hielo y fuego”, publicada en España por la visionaria editorial Gigamesh y traducida al castellano por nuestra querida, reverenciada, adorada y maravillosa Cristina Macía.
Y digo que no debemos olvidarlo porque el portentoso caudal imaginativo de Martin, al que conocimos no hace mucho en una Semana Negra, da para construir, él solito, todo un universo con resonancias a Tolkien… trufado de la auténtica historia medieval inglesa propiamente dicha.
Hablando del piloto que, efectivamente, cumple todo lo que prometía (realismo descarnado, sexo, violencia, personajes al límite, engaños, traiciones, conspiraciones, cuernos, personajes al límite, alianzas, estrategias, etcétera) podemos anticipar lo que, estamos seguros, será un hito televisivo de primer orden, de primera magnitud.
En serio. La tele, es lo más. De lo más. Pocas películas he visto este año que estén a la altura de “Tremé”, “The Boardwalk Empire”, “Mad men” o incluso la excelente “Crematorio”, de la que he disfrutado sus primeros tres episodios como si fueran toda una revelación.
Lo dicho. Apuntad: “Juego de tronos”.
IM-PRES-CIN-DI-BLE
Jesús juguetón tronado Lens.
De zombies y vampiros. Escuchamos en «The walking dead»:
Y vemos, «True blood»
¡Feliz domingo!