En blanco, otra vez

La noche del martes la pasé prácticamente en blanco, sin pegar ojo por unas molestias físicas muy incómodas. La mañana de ayer fue, pues, fatigosa; así que nada más llegar a casa, traté de echar una siesta reparadora que me permitiera estar descansado y lúcido para escribir esta columna. Pero el sueño no llegó, enganchado a la lectura del “Hyperion”, una deuda contraída con mi hermano desde hace tiempo.

La hora de entrega se me echaba encima y la blancura de la pantalla del portátil resaltaba el título del documento en que no había empezado a trabajar: “En blanco”.

 

Siguiendo los consejos de SOY, mi Robot, acudí a San Google, tecleé “¿De qué escribo hoy?” y el programa me vomitó una respuesta de lo más inquietante: “Puedo escribir los versos más tristes esta noche”. Entenderán ustedes el terror que me invadió en ese momento: era una referencia a Neruda, pero yo la sentí como una invasión de mi intimidad. ¡Nos espían! Vive Dios que nos espían y que saben hasta cuándo tenemos un maldito insomnio…

Pensé en escribir sobre el programa doble de cine que me marqué el lunes: “Dunkerque” y “Su mejor historia”, experiencia que les recomiendo vivamente, dado que son cuatro horas extraordinarias de cine en que, de forma radicalmente diferente, los directores de ambas películas reflexionan sobre un mismo episodio de la II Guerra Mundial. Pero aún no sé cómo fusionar ambas historias, así que lo dejo para mañana.

Miro la web de IDEAL. Y ahí está Juana Rivas, que no ha entregado a sus hijos a su antigua pareja, condenado por maltrato y residente en Italia. Es complicado opinar sobre temas basados en sentencias judiciales que no hemos leído. Tripas y corazón nos llevan a alinearnos incondicionalmente con esa madre, pero la lógica exige prudencia. Mucha prudencia.

¿Y de lo de Rajoy? ¿Qué les voy a decir de Rajoy que no esté ya dicho, más allá de que, a pesar de su apellido, no rajó nada de nada, como estaba previsto y descontado?

 

Y fue entre estas cuitas que pasó la tarde…

 

Jesús Lens

¿Vamos al cine?

El verano suele ser cinematográficamente yermo, estéril e inhábil, con estrenos infumables y títulos abstrusos que uno nunca llega a adivinar cómo han terminado convertidos en película y, sobre todo, cómo han encontrado hueco en la cartelera.

 

Este tramo final de julio, sin embargo, nos sorprende con alguna apreciable y agradable sorpresilla, a la espera de ver la muy prometedora “Dunkerque”, de Christopher Nolan, uno de los grandes directores contemporáneos y de los pocos de los que me fio a ciegas. Y sin olvidar “Su mejor historia”, que puede terminar siendo una de las pequeñas-grandes películas del año y está emboscada en la cartelera granadina con solo dos pases diarios.

Espero ver ambas películas, estos días, y comentarlas con ustedes. Mientras, digamos que conviene pasarse por “La guerra del planeta de los Simios”, final de una trilogía más que interesante sobre una de las grandes sagas de la historia del cine. Eso sí: échenle paciencia, que alcanza la nada desdeñable –e innecesaria- duración de 153 minutos.

 

Y, como les digo, no hacía falta: si el montador hubiera cortado una hora de metraje, el guion se habría mantenido incólume y la historia funcionaría exactamente igual, sin necesidad de tantos subrayados dramáticos o reiterados énfasis trágicos. Pero, ya les digo, es buena película, con secuencias muy poderosas. Una invitación a reflexionar sobre el mundo que podría estar por venir y en la que Woody Harrelson se atreve a copiar al Marlon Brando de “Apocalypse Now”, sin rubor… y sin salir del todo malparado del empeño.

“Baby Driver”, de la que hablaba en la anterior entrega de El Rincón Oscuro,  también es demasiado larga. Pero también se deja ver. Y escuchar. Que la música es parte esencial de la película. Si les gustan los coches a toda velocidad y los atracos imposibles a ritmo de funky, la disfrutarán. Sobre todo, la primera parte. Después ya, cansa, con tanto giro de guion, tratando de sorprender y epatar al espectador.

Y nos queda “Día de patriotas”, una solvente película que ahonda en una dramática situación de la actualidad más reciente: el ataque terrorista durante la Maratón de Boston de 2013 y la posterior caza del hombre puesta en marcha para detener a los autores del atentado. Me gustó el tono que le imprime el director y el tratamiento que el guion hace de los terroristas, absolutamente alejado de cualquier convención al uso. Volveremos sobre ella, con más tiempo.

 

Jesús Lens