Mi artículo de hoy en IDEAL habla de la suspensión de Cines del Sur y de la parte que afecta a las instituciones. Queda pendiente el que afecta a la Granada plañidera de la que hemos hablado otras veces. La que solo sirve para llorar lo que deja perder, por no defenderlo cuándo y dónde toca.
La Junta de Andalucía ha anunciado la suspensión del Festival Cines del Sur justo la misma semana en que se ha hecho público que la oferta cultural de Granada no destaca en España ni por su calidad ni por su carácter innovador, ampliamente superada por Sevilla y Málaga.
Paradójicamente, Cines del Sur era una de las propuestas culturales con mayor calidad de esta provincia. Y de las más innovadoras, al abrir una ventana a las cinematografías más desconocidas y menos habituales por estos lares. Atención a las explicaciones, por llamarlas de alguna manera, de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía: “Tenemos que redefinir qué enfoque darle y cómo impulsarlo. No es una decisión definitiva, pero por ahora está tomada”.
¡Qué cansancio provoca ese lenguaje neutro y funcionarial, vacuo y a la vez grandilocuente que, sin decir nada, certifica el asesinato de Cines del Sur! Redefinir, impulsar, nuevo enfoque… palabrería impostada de la corrección política más rancia y castradora. ¿Y lo de no ser una decisión definitiva pero estar tomada por ahora? ¿Eso cómo se come? ¿Hasta cuándo dura el por ahora? ¿De qué hablamos? ¿De una moratoria? ¿De una cuarentena?
Habrá que ver y analizar, despacio y con detalle, las partidas presupuestarias que la Junta de Andalucía dedica al cine en las diversas provincias de una Comunidad que, por desgracia y desde el punto de vista cultural, es cualquier cosa menos solo una. Veremos cómo va la cosa en Málaga y en Sevilla, que también tienen sus Festivales de Cine.
Y es que esto es un escándalo, un bochorno y una vergüenza. Aduce la Consejería de Cultura que Cines del Sur “no daba las cifras que se puede esperar y que no es rentable”. ¿Rentable? ¿A qué rentabilidad se refieren? Sí. Es cierto. El cine iraní y coreano no atrae a las masas. Y el cine africano, ni les cuento. Aun así, la Plaza de las Pasiegas se llenaba, noche tras noche, para disfrutar de las proyecciones al aire libre.
Para quienes creemos en la diversidad, Cines del Sur era un pasaporte que nos permitía conocer otros mundos y otras realidades. Ahora, esa ventana está cerrada. Otra más. Y con ello seguimos construyendo una Granada cada vez más cateta, más uniforme y más cerrada en la que el aire, enrarecido y pestilente, empieza a ser irrespirable.
Jesús Lens