¿Habrá vuelto Francisco Cuenca a visitar la Huerta de San Vicente, desde que es alcalde? A visitarla para conocer su actual estado, me refiero, que pueden conocer en este modélico reportaje de Jorge Pastor. Porque, cuando estaba en la oposición, bien que iba a la residencia de verano de Federico García Lorca para denunciar su lamentable aspecto. (Igual que acaba de hacer el PP, lo que me ha llevado a escribir esta otra columna en IDEAL, criticando su oportunismo)
Debe ser complicado ser Francisco Cuenca. Y tiene que ser ingrato pasar de la oposición al gobierno municipal para, de repente, encontrarte con la responsabilidad de arreglar todos los desaguisados que denunciabas y de cumplir todas las promesas que hacías en las visitas a los barrios de la ciudad.
Leo que, en julio de 2015, Juan García Montero, concejal de cultura del PP, tildaba de manipulación las acusaciones realizadas por el PSOE acerca del bochornoso estado de la Huerta de San Vicente, anunciando que estaba previsto acometer, entre otras, las obras de climatización de un espacio emblemático de nuestra ciudad.
“Después de un año he vuelto a la Huerta de San Vicente, tal vez porque desde los atentados de Barcelona no hago más que escuchar y leer las palabras que Lorca escribió sobre las Ramblas. El calor era sofocante, una chica se desplomó en la habitación de la planta alta, sin que la persona que atendía al público se alterara demasiado: “Es la sexta en lo que llevamos de verano”, me dijo con toda normalidad. He preguntado por qué no se arregla la casa y la respuesta ha sido un levantar de hombros resignado. Así somos”.
Extraordinaria la Carta al Director enviada por Teresa García García a IDEAL el pasado jueves 31. Extraordinaria, dolorosa y muy, muy representativa de la relación de Granada con todo lo referente a Lorca: se nos llena la boca con él y lo celebramos de acontecimiento en acontecimiento, de efeméride en efeméride; pero a la hora de cuidar su patrimonio, no es más que un engorroso incordio, como la última polémica del derribado Hotel Montecarlo vino a demostrar y de lo que hablé en esta otra columna de IDEAL, hace unas semanas.
¿Cómo es posible que no haya dinero para adecentar la Huerta de San Vicente? Sí. El Ayuntamiento está en ruina y los presupuestos están congelados, pero la Concejalía de Cultura sabe dónde rascar cuándo algo le interesa realmente. Y, a la vista está, la Huerta de San Vicente no se encuentra entre sus prioridades, por mucho que María de Leyva muestre una “tremenda preocupación” y pida disculpas porque las cosas sigan tal cual.
Jesús Lens