Abro mi artículo de hoy en IDEAL con las palabras de un sabio: Sostiene una célebre máxima de Albert Einstein que si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo.
Si le damos la vuelta a la frase, cabría deducir que, haciendo siempre lo mismo, también obtendríamos siempre los mismos resultados. Y ahí, discúlpenme la osadía, es donde disentiría con el genio teutón, aun a riesgo de que ustedes piensen que me ha dado una insolación por correr bajo el severo sol invernal.
No. Por mucho que los inmovilistas más recalcitrantes se empeñen, haciendo hoy lo mismo que ayer, no conseguiremos los mismos resultados. Ni por asomo. Porque las cosas cambian a una velocidad vertiginosa y lo que ayer te servía para alcanzar unos logros, hoy ya no alcanza. Por desgracia. Que la adaptación al cambio es muy complicada y dolorosa. Pero inevitable.
La máxima de Einstein es, por supuesto, un canto a la innovación y a la búsqueda de caminos diferentes para la consecución de resultados inéditos. Una de esas frases que todos deberíamos aplicarnos en nuestra vida.
Pero que nadie se confíe pensando que, siendo conservador y haciendo lo de siempre, va a cosechar los mismos resultados a los que está acostumbrado. La historia, y sobre todo la más reciente, está llena de ejemplos que desmienten dicha tesis.
Insisto: el entorno actual se mueve a tal velocidad que quedarse quieto supone comenzar a fosilizarse y, en muy poco tiempo, desaparecer. ¿A que no tarda en venírsele a la cabeza algún ejemplo cercano, estimado lector?
Porque todos conocemos más de uno: empresas y particulares refractarios a estar en Internet y que terminaron devorados por la competencia. Tiendas que jamás cambiaron de imagen, aspecto o decoración. Bares empeñados en seguir poniendo tapas de atún con tomate…
Veamos el ejemplo de una empresa moderna y tecnológica: Tuenti. Que ya no es una red social. ¡Con lo que fue Tuenti hasta hace prácticamente nada! Todos la recordamos como un ejemplo de éxito protagonizado por un grupo de emprendedores españoles que, tras fundar la empresa en 2006 y arrasar entre los jóvenes, la vendieron a Telefónica por una millonada en 2010.
Seis años después de dicha operación, Telefónica acaba de anunciar que Tuenti deja de operar como red social y se convierte en una operadora móvil internacional, esperando alcanzar un millón de clientes en los próximos años.
¿Cómo le irá a esta nueva Tuenti, diez años después? Difícil de pronosticar, pero lo que no admitía dudas era que, de seguir como hasta ahora; estaba liquidada, muerta y enterrada.
Jesús Lens