Hace unos días, Néfer me dio una de las grandes alegrías de estas semanas, a través de la concesión a esta Bitácora de un premio estupendo: el Papiro de Lapislázuli.
A ella le acababan de conceder nada menos que el premio «Unicornio díscolo», y estaba exultante. Claro. Casi tanto como yo. Y como exultantes estaban Bomarzo y Claro, los otros dos galardonados con el Papiro de Lapislázuli.
Ahora, por tanto, debo responder a esta generosidad con la concesión de un premio a esas Bitácoras que, por alguna razón, me resultan especialmente sugerentes, queridas y necesarias.
Mi galardón será más de andar por casa. O, mejor dicho, más de deambular por bares, barras y tabernas; una de esas aficiones que nunca deben perderse: el Tucán cervecero.
Me gusta el Tucán por su colorido y, sobre todo, por ese enorme pico, con el que me siento identificado por ser un hablador impenitente y, en ocasiones, todo un bocazas.
Y lo de cervecero, por razones obvias, claro.
Tomo como modelo a ese Tucán que forma parte del imaginario de la Guiness y concedo el premio Tucán Cervecero a tres Bitácoras cuyos responsables son (un poco) como yo: habladores, positiva y creativamente procrastinadores, con intereses tan variopintos que a veces resultan hasta contradictorios. Mestizos en sus afectos artísticos y culturales, hedonistas, epicúreos y fieles practicantes de la máxima «Mens sana in corpore sano».
Los Tucanes Cerveceros de 2008, para Pateando el Mundo, son:
Las Opiniones Intempestivas de José Antonio Flores Vera.
http://opinionesintempestivas.blogspot.com/
Estoy que no puedo, de Gregorio Toribio Álvarez.
http://estoyquenopuedo.blogspot.com/
El rincón del Somardón, de Ricardo Bosque.
http://elrincondelsomardon.blogspot.com/
Jesús Lens.