Topografías del Terror

Caminar por las calles de Berlín es adentrarse en lo más profundo de la historia de la Vieja Europa. Los grandes edificios de acero y cristal superan ampliamente en número a los antiguos edificios de piedra, destrozado durante los bombardeos de la II Guerra Mundial.  Lo nuevo y lo viejo, dándose la mano entre recuerdos del Muro, el Checkpoint Charlie, el Reichstag y los puentes sobre el Spree.

En Berlín hay dos lugares especialmente estremecedores: el Memorial en recuerdo del genocidio de los judíos y el llamado ‘Topographie des Terrors’, funcional y adusto edificio erigido en un inmenso solar flanqueado por restos del Muro y donde se encontraban situados los cuarteles generales de la Gestapo, las SS y otros de los organismos básicos para el funcionamiento del régimen nazi.

Se trata de un lugar en el que, con profusión de fotografías, reproducciones de documentos, periódicos, revistas, documentales y noticieros; se explica con todo lujo de detalles cómo funcionaba la siniestra e implacable maquinaria de la muerte implantada por los nazis. Las humillaciones públicas, las deportaciones, las ejecuciones y, por fin, los campos de exterminio.

Lo visitamos el domingo cerca del mediodía y coincidimos con cientos de personas, la mayoría jóvenes estudiantes que leían, veían y escuchaban con atención y respeto. En silencio.

Hace un par de semanas, un atentado de corte antisemita sacudió a Alemania. Estos días, en Hamburgo, se juzga a un individuo de noventa años que fue vigilante del centro de exterminio de Stutthof, en Polonia, donde murieron 65.000 personas.

Es un tópico que, sin embargo, no debemos olvidar: los pueblos que desconocen su historia están condenados a repetirla. El fascismo, el nacionalismo, la homofobia y la xenofobia vuelven a campar a sus anchas por Europa, cada vez más blanqueados. Es algo intolerable, muy peligroso y aterrador.

A veces es necesario hacer un alto en el camino y mirar hacia atrás. Recordar de dónde venimos para tener claro hacia dónde queremos ir y, sobre todo, qué senda no deberíamos retomar jamás. Conocer y repasar nuestra historia para no volver a cometer los errores del pasado.

Jesús Lens

Trumpazos

 

Sobre Donald Trump y su nominación por parte de los republicanos a la presidencia de los Estados Unidos no voy a decir todo eso que piensa usted, que pienso yo, que piensan nuestros amigos y que piensa la mayoría de la gente que piensa. ¿Para qué insistir, si todos pensamos lo mismo?

Trumpazo

Pero sí hay un par de aspectos en todo lo que rodea a Trump sobre los que es interesante reflexionar. En primer lugar, lo de su absoluta incorrección política, desatada precisamente en el país que la inventó y la exportó al resto del mundo civilizado. Y sobre ello hablo en mi artículo de hoy de IDEAL.

Los ataques de Trump a las minorías étnicas latinas, por ejemplo, solo han servido para consolidar más y mejor su posición entre una parte importante de los votantes tradicionales del Partido Republicano. Cuanto más se incendiaban las Redes, más votos cosechaba Trump.

Trump comiéndose (o haciendo como que se come) el famoso Taco Mexicano
Trump comiéndose (o haciendo como que se come) el famoso Taco Mexicano

Pienso que si alguno de los candidatos españoles hubiera soltado una boutade por el estilo, habría tenido que dimitir. No se hubiera aceptado. Aunque no las tengo todas conmigo. Que cuando José Torres dijo lo de las mujeres, la belleza y la desnudez, no hubo consecuencias. Inmediatas.

La pregunta es: ¿ha liquidado Trump la corrección política en el lenguaje? Sinceramente, me gustaría pensar que sí. Que tanto buenismo, por momentos, asfixia. Y confunde. Y aplana los discursos, los mensajes y las posturas.

Sin embargo y a sensu contrario, deberíamos reflexionar sobre el empobrecimiento moral que lleva en volandas a un tipo con ideas xenófobas y racistas que no se molesta ni en disimularlas. El mismo síntoma que ha estado a punto de conducir a la presidencia austriaca a un ultraderechista. ¿Es política o es (in)cultura? O, quizá, sean las dos caras de una misma moneda.

Ultraderecha Austria

Nos hartamos de criticar la telebasura, pero sus shares cada vez son más incontestables. Y, además, lo contaminan todo. El otro día, por ejemplo, choqué contra la tertulia de un programa deportivo. ¿Qué bazofia era aquello? Un cruce constante de insultos forofistas que convertían en atractiva e ilustrada una discusión de barra de bar entre dos borrachos.

Pero eso es lo que vende. Y lo que se convierte en Trending Topic, al ser compartido por medio mundo. De hecho, hemos rebajado tanto el nivel y hemos arrasado de tal manera el sustrato cultural de nuestras sociedades occidentales que corremos severo riesgo de ahogarnos en el fango.

Jesús Lens

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