Un reloj por corazón

Irse. Desaparecer. Perderse. Desvanecerse en el aire. ¡Anhelo de tantas y tantas personas a lo largo de la historia! Algo que, por desgracia, cada vez es más difícil de conseguir.

 Un reloj por corazón Swanson

Sin embargo, lo de simular ser quien no eres… eso ya es harina de otro costal. Y si no, que le pregunten al Pequeño Nicolás.

Leía “Un reloj por corazón”, de Peter Swanson, novela publicada por Destino; y pensaba en diversos fuguistas de la historia de la literatura, el cine y la televisión, con Don Draper, uno de los grandes Mad Men, a la cabeza. O el protagonista de “El adversario”, aquella joya de Emanuelle Carrere.

Porque esta novela nos cuenta una historia de desaparecidos. Supuestamente. Y de reaparecidos. Estamos en la Costa Este de los Estados Unidos. Es verano. Hace un calor húmedo y pegajoso. Es viernes. Y George Foss, un hombre tranquilo, solo pretende tomarse una cerveza en uno de sus bares favoritos. Entonces, llega ella. Liana. Aquella Liana que, veinte años atrás, fue el amor de su vida y que, un día, desapareció sin dejar rastro.

 The Boston Globe

Liana. ¡Ah, Liana! Inevitablemente, George ha seguido buscando a Liana en cada rostro de mujer que se encontraba. Y, de repente, allí estaba. Distinta. Pero la misma. Una Liana, por supuesto, metida en un lío. Y que necesita ayuda.

Porque así es la novela policíaca. O de misterio. No negra. En este caso, no estamos antes una de esas habituales novelas negras, más negras que la pez, que acostumbro a reseñar. En este caso, estaríamos más en la órbita de Hitchcock que en la de los clásicos en ByN de Hawks, Lang y compañía.

Y no es baladí la comparación: el ritmo de la novela y el tono que le imprime Peter Swanson son muy cinematográficos, hasta el punto de que, a medida que la vas leyendo, vas viendo los paisajes, los edificios, las carreteras, los moteles, etcétera que transitan por sus páginas.

Liana se convierte en una de esas presencias femeninas más sugeridas que mostradas, al principio de la narración. Como “Laura”. Como “La mujer del cuadro”. Presencias femeninas sugerentes y sugeridoras. Que, en la segunda parte de la narración, ya cogen carrerilla. Y protagonismo, claro.

 Laura

Y tenemos a George. Uno de esos hombres buenos que, a veces, parecen pecar de tontones. Pero que no lo son. ¿O sí? ¿Tú te fiarías de una antigua novia desaparecida veinte años atrás? ¿Una novia que se esfumó como por arte de magia? Quizá sí. Siempre que, mientras haces por ayudarla en el presente, empiezas a tirar de los cabos del pasado. Y lo harías aunque supieras que todo lo referente a Liana te va a traer problemas. Pero… ¿no te quejabas de que tu vida era monótona y de que tu trabajo se había vuelto aburrido?

Un consejo: cuando empieces a leer “Un reloj por corazón”, procura no tener la agenda muy cargada: tendrás que anular compromisos. Estamos antes una de ESAS novelas. Eso sí. Del final no hablamos. O hablamos cuando la hayas leído. ¿Vale?

Jesús Lens

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¡Lee! ¡Lee! ¡Lee!

Cuando lees, no escribes. Y cuando escribes mucho, no lees. Al menos, no lees tanto como sueles. Yo, ahora, estoy leyendo un mogollón. Cosas confesables y otras, por aquello del secreto sumarial; inconfesables. Y aunque no tardarán en tener ustedes las reseñas completas (o sí), ahí van unos pildorazos, a modo de anticipo y recomendación sobre mis últimas lecturas:

Los últimos

Si has visto «Interestelar», tienes que leerlo. Y si no, también. Aunque no te guste la ciencia ficción. Porque esta novela de Juan Carlos Márquez es puro realismo. ¡Gracias a Salto de Página, por editar esta delicatesen!

Manos Sucias

Aunque, para realismo, lo nuevo de Carlos Quílez, publicado en Alrevés: «Manos sucias». Solo les avanzo el nombre y el cargo de uno de los secundarios. Cérdenas. Tesorero del partido político que está en el gobierno de España. Ese dato, junto a esta excepcional portada, creo que ya es bastante ilustrativo, ¿verdad?

Un reloj por corazón

Una feliz y alegre novedad que leí en mi escapada a Córdoba, para participar en «Un otoño de novela»: «Un reloj por corazón», una novela enigma, fresca y divertida, en el sentido de que las páginas vuelan. Destino edita a Peter Swanson, un soplo de aire fresco en el mundo negro y criminal.

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Y «El Círculo», claro. De la novela de Dave Egger, publicada por Mondadori, ya os hablé aquí. Y sí. Está a la altura.

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El efecto Transilvania

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Últimas noticias del infierno

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El árbol del Vaticano

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Mirando espero

No olvidéis que tenemos una maravillosa colección, «Nube Negra», en formato digital, con autores de la talla de Guillermo Orsi, Juan Ramón Biedma, Amir Valle y Justo Vasco. Y muy pronto, más novedades. ¿Les gustan las portadas? ¿Y las introducciones que he preparado para cada uno? ¿Invitan a la compra o, al menos, despiertan su interés?

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Jesús Lens

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