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TIERRA DE CINE
Mañana nos vamos de Marrakech hacia el Sur profundo, hacia Zagora, una de las puertas del desierto. Y pasaremos, por ejemplo, por este lugar, el Ksar de Ait Ben-Hadun, donde se han rodado decenas de películas, desde «El cielo protector» a «Kundum», «La última tentación de Cristo», «Gladiator» o «Alejandro Magno». La conexión a Internet va fatal así que… siento la pobre actualización de estos días.
DESDE MARRUECOS SUR
Aquí, con esta foto, comenzó todo, hace ahora diez años. La fascinación por el Sur. Estábamos en Marruecos, habíamos estado haciendo montaña por el Atlas, escalando el Toubkal, y después nos relajamos visitando Ouazarzate, Ait Benaudum, las dunas de Merzouga y el lugar donde se encuentra este cartel: Zagora.
África, por aquel entonces, nada me decía. Sin embargo, viajando por el Sur de Marruecos, viendo a las personas, sus vestidos, su tez… me quedé hechizado. Y, por alguna razón, este cartel se me quedó grabado en la memoria. Al año siguiente viajé a Malí. Aún tardaría unos años más en descubrir Tombuctú. Pero, como decía, aquí comenzó todo. En Marrakech. En la plaza Jema El Fna. En el zoco. En las intrincadas callejuelas de la medina, con la llamada a la oración de los muecines, en las puertas del desierto, subiendo y bajando las dunas del Sáhara, viendo amanecer sobre la fría arena del inmenso desierto…
Y diez años después, hemos vuelto. Con la mejor gente del mundo para hacer un viaje: La peña de Agüimes, y alrededores con quiénes fuimos a Senegal; Pepe, Panchi y Álvaro y, ahora sí, MJ. Y, claro, lo estamos pasando en grande.
Un abrazo a todos.
Jesús Lens, de vuelta al principio.
EL CUY, UNA CENA MUY INDIGESTA
Nuestro amigo Bartolomé Leal se ha convertido en el gran abanderado del Cuy como rico plato andino que, personalmente, me resultó un tanto indigesto, quizá porque no debí cenármelo. Aunque los precedentes de personas que cenaron cuy son impresionantes…
VENTANAS INCAS
Querido Colin, cuando vi esta ventana, evidentemente, me acordé de ti. Viajar, tomar fotografías, escribir, escuchar música, ver películas… todas esas cosas que tanto nos gustan significa abrir ventanas que nos permitan ver más allá de lo aparente, de lo inmediato. Nos permiten dejar volar la imaginación. Como esto de bloguear. ¿Qué es sino abrir una pequeña, íntima, personal y cariñosa ventana al mundo?