ME VOY A LOS ANGELES

Amigas y amigos, me voy. Otra vez. Pero en esta ocasión, de verdad. Es decir que salgo de viaje. Pero, en esta ocasión, para no volver.

 

¿Recordáis que hace unas semanas proponíamos ESTA encuesta sobre cuál es la Capital del Mundo actualmente? Hubo muchos votos para las grandes megalópolis chinas. Y para Berlín. Pero muy pocos para Los Ángeles, que era la opción que yo defendía.

 

Y, como pasa tantas veces, la pregunta no era baladí. Porque ya entonces estaba barajando la oferta que, recién aceptada, os comento: me las piro a la Meca del Cine, con un contrato de dos años, prorrogable, para trabajar combinando dos de mis grandes pasiones: el cine y la escritura.

 

Me voy a currar de lo que allí llaman Ghost writer. A desarrollar ideas para una productora de cine. Porque esto de las películas funciona de una manera curiosa: un tipo tiene una idea. Y para captar el interés del productor, ha de resumirla en una sola frase, en apenas una línea.

 

Por ejemplo: «Un anciano sale volando con su casa para cumplir su sueño en las selvas sudamericanas.»

 

O: «Un soltero contumaz que trabaja despidiendo gente se enamora de una mujer que resulta ser igual que él.»

 

O: «En un mundo postapocalíptico, un padre y su hijo caminan por una carretera desolada en busca del mar.»

 

Una vez que la frase pasa un filtro (y lo pasan muy pocas) hay un tipo en la productora que se lee el guión y que lo resume en un máximo de cinco páginas, analizando los personajes y los puntos fuertes y débiles de la historia, proponiendo los cambios que la misma debería sufrir.

 

Un Ghost writer. Un escritor fantasma. Ese seré yo. Trabajaré las historias de otros… ¡para conseguir grandes películas!

 

¿Cómo empezó todo?

 

Pues empezó con esta foto. ¿La recordáis?

 

El año pasado por estas fechas, la gente de Kandor vino al Cubo a presentar el Goya. Desde entonces se generó una inmejorable relación con ellos, que fue creciendo a medida que ESTA entrada bloguera sobre la película se convirtió en un apasionado foro de debate sobre la misma.

 

Como sabéis, la gente de Kandor está vinculada a la productora de Antonio Banderas, que es toda una institución en la Meca del Cine, más allá de por su trabajo de actor. Así las cosas, del Cubo a Hollywood, gracias a un lince perdido y con la mediación de un actor boquerón. Porque la vida puede ser maravillosa, que diría Andrés Montes.

 

Ya estoy trabajando duramente mi inglés. Pero de mí buscan la parte spanglish del asunto. Porque lo latino cada vez tiene más tirón en Estados Unidos. Así que… ¿no me veis leyendo y escribiendo historias repletas de corridos, mucamas, Río Grande, narcotraficantes e inmigrantes?

 

No. Ni mucho menos. Se trata de contar historias normales protagonizadas por hispanos normales. Tan normales como Eva Longoria o Gael García Bernal, sin ir más lejos. Uno de los primeros bosquejos que me han mandado, de hecho, trata sobre uno de los artistas más prometedores del mundo del arte contemporáneo, Rubén Ochoa.

 

Así que… me voy.

 

Y, por supuesto, todo lo que nos vaya pasando en esta nueva andadura, lo iremos contando en este «Pateando el mundo» que, ahora sí, ¡va a hacer honor a su nombre!

 

Jesús Lens, que se nos va.

 

PD.- Mi contrato comienza en junio así que aún nos quedan unas semanas de estancia granadina, para despedidas y arrumacos. Que me harán falta.

 

PD II.- Cuando mi colega Fran propuso que tituláramos nuestro libro «Hasta donde el cine nos lleve», nunca se me pasó por la imaginación que el dónde sería Los Ángeles. Ni en el mejor de nuestros sueños.

¿EXISTE PANDORA?

Pronto volveremos sobre ello. Pero esta imagen nos hace pensar que Pandora puede existir. De hecho, el gobierno de Zhangjiajie (provincia china de Hunan) ha cambiado el nombre de esta cordillera, llamada Qiankunzhu por el más prosaico de «Aleluya», ya que fueron la inspiración de las famosas Montañas Flotantes de la película «Avatar».

Si ayer hablábamos de ese nuevo proyecto «Café-Bar Cinema», en el que os espero, no podemos olvidar éste otro grupo: «Hasta donde el cine nos lleve», en el que igualmente os seguimos aguardando. Que el libro lo podéis tener en casa, por 19 € y con gastos de envío gratis si lo pedís a través de www.almed.net

¿Queréis viajar a Pandora?

Pues está a dos horas de vuelo de Pekín…

Jesús Lens, convencido de que el cine puede llevarnos muy, muy lejos 😀

DE AMIGOS, GRUPOS Y FANS

En la última presentación que hicimos de «Hasta donde el cine nos lleve», en Salobreña, hace unas semanas, decía que una de las mejores cosas de haber publicado el libro era tener la ocasión de presentarlo por sitios distintos, aprovechando para rodearnos de amigos y para conocer a gente nueva, a cuenta de viajes, películas y palabras.

Un perro con buen gusto literario
Un perro con buen gusto literario

Toda esta actividad, de Canarias a Gijón, pasando por Villena (Alicante), Granada, Barcelona, Salobreña o la próxima de Madrid (día 13 de marzo, id apuntando) es muy reconfortante, aunque un pelín cara, eso sí. Porque todo ello, obviamente, corre de nuestra cuenta: viajes, desplazamientos, hoteles, las birras, las tapas, las raciones o las copas. En fin. Menos mal que los amigos nos ayudan con la organización y librerías y centros culturales nos ceden sus instalaciones…

Pero lo hacemos con sumo gusto, ni que decir tiene.

A lo que venía dándole vueltas, todo este tiempo, era a cómo alargar este contacto con amigos y lectores, para recibir comentarios, críticas, sugerencias, etcétera, más allá del tú a tú de esas presentaciones.

Y la respuesta está, posiblemente, en esos espacios virtuales que tanto nos gustan. Como por ejemplo, en Facebook.

Aprovechando el mogollón de Amigos que tenemos en el FB, creamos un grupo para «Hasta donde el cine nos lleve», que ya tiene casi doscientos amigos. A ver si entre todos preparamos un buen listado de películas imprescindibles que podrían, deberían haber estado en el libro y, por razones diversas, no están. El Grupo, para que os apuntéis, AQUÍ.

Pero es que unos días después me planteé que hablar de un trabajo hecho y publicado está muy bien, sobre todo de cara a una posible y deseable reedición futura, ampliada y corregida. Pero que lo realmente chulo sería poder ir hablando del trabajo nuevo, inédito y desconocido en que estoy embarcado desde hace unos meses.

Y así ha nacido la página de «Café-Bar Cinema», que tenéis AQUÍ y a la que os invito a uniros y en la que espero encontrar un montón de ayuda, diversión, colaboración y buen rollo. De momento, en apenas un día de vida, ya somos casi 100 fans.

A ver si mucha más gente se apunta y, entre todos, vemos cómo crece un proyecto que, ojalá, podamos ver publicado e impreso en una fecha no muy lejana…

Jesús Lens, de la letra impresa a la virtual.

LA PERRA VIDA DE LOS AUTORES

Mientras estaba en la cena previa a la entrega del Premio CajaGRANADA de Novela Histórica, recibí un mensaje multimedia en mi BlackBerry.

 

Era de mi editor.

 

Y decía lo siguiente:

 

«Lens, o Fran y tú vendéis otro buen puñado de ejemplares de «Hasta donde el cine nos lleve» en los próximos días o me los llevo de oferta a la Marcha Verde y otros mercadillos de igual tronío».

 

Y me adjuntaba la foto con la oferta que, piensa, puede terminar de convertir a nuestro libro en un serio competidor de Dan Brown…

 ¡Que me los quitan de las manos, niñaaaaa!

Así las cosas, mis muy queridos amigos, ¿no os animáis a comprar vuestro ejemplar de «Hasta donde el cine nos lleve»?

 

Son sólo 19 eurillos de nada, gastos de envío incluidos…

 

Razón: AQUÍ.

 

Jesús Lens. Eternamente… ¡Yo-rando! (leer con tonillo de cancioncilla progre-testa cubana.)

SÓLO UNA SENSACIÓN

¿Conocéis esa sensación que te embarga justo antes de iniciar un largo viaje? ¿La habéis experimentado? ¿La compartís?

 

O lo mismo son cosas mías.

 

Antes de salir de viaje, me embarga una sensación compuesta por una mezcla de pereza y nostalgia, a partes más o menos iguales.

 

Me da pereza revisar la documentación, los billetes, el pasaporte… me da pereza hacer el equipaje. Y me cuesta cambiar el chip, ponerme en situación, hacerme a la idea de que se acabó la rutina de todos los días. Se me hace extraño limpiar las lentes de las gafas, preparándolas para apreciar nítidamente los paisajes, rostros y colores, que están por venir, cuando me apresto a partir.

 

Y, claro, siento nostalgia de mi hogar, de mi entorno, de mi gente; antes de salir de viaje.

 

Antes del primer paso, echo de menos mis rutinas. Miro la cartelera del cine, apenándome por las películas o los conciertos que no voy a ver. Sueño con los partidos de baloncesto que me perderé y por las carreras que no correré. Añoro los cafés, las comidas con los colegas y las cañas con los amigos. Me fastidia no leer mi periódico por la mañana o apagar la lamparita de la mesilla, justo antes de dormir.

 

El sólo una sensación. De pereza, de nostalgia.

 

Porque, a mí, me encanta viajar…

 

Y no sé si todo esto tiene su punto de lógica y si a vosotros os ocurre algo tan sólo parecido…

 

Jesús Lens, ¿a punto?

 

PD.- No. No es ese tipo de viaje…