¿Caminamos hacia la extinción?

Cabría echarle la culpa al calor, pero sería adoptar la táctica del avestruz y no afrontar lo que, por desgracia, empieza a parecerme un hecho ineluctable: el ser humano occidental, en general, y el español en particular, está abocado a la extinción. Y mucho más pronto de lo que cabría esperar. Y de ello hablo en mi columna de IDEAL de hoy.

Ejemplos hay tantos como quieran, a sencillo golpe de clic. La rivalidad entre aficionados de diferentes equipos de fútbol que termina desembocando en batallas campales que dejan sangre, heridas, destrucción y muerte a su paso.

violenciaeurocopa

Relacionado con el fútbol está el nauseabundo apoyo que determinados aficionados del Betis brindan a un jugador acusado de malos tratos a su ex-pareja. Algunos, yendo más allá, corean frases en que insultan y vejan a la propia mujer, para mayor bochorno y escarnio del club y del resto de la afición verdiblanca.

Ignominia que sienta las bases de que hoy, por desgracia, nos hayamos desayunado con la triste e indignante noticia de que, en las últimas horas, otras dos mujeres han sido asesinadas en sendos casos de violencia machista. Y una tercera ha sido herida de gravedad. En total, veinticuatro mujeres asesinadas en lo que va de año. Que podrían ser veintinueve ya que hay cinco otros cinco feminicidios cuyas investigaciones están pendientes de resolución.

Sin olvidar que el asesinato es el infame colofón a una serie de insultos,  vejaciones y agresiones de carácter sexual. Como las que acontecen en San Fermín, en mitad de la fiesta. Hasta un joven guardia civil ha sido detenido por participar en la violación de una chica de diecinueve años, junto a otros cuatro mastuerzos que, además, grabaron con un móvil la agresión.

San Fermín No a las agresiones

El mundo de los toros y el animalismo radical, otro ejemplo de cerril enconamiento que está teniendo su más vergonzoso momento de oprobio con la celebración por parte de algunos salvajes de la muerte de un torero.

Y cuando uno está firmemente convencido de que esto no tiene arreglo y solo espera el definitivo advenimiento del Apocalipsis Zombi, es el mundo del fútbol el que, paradójicamente, nos devuelve la fe en el ser humano. Ustedes lo habrán visto: el chavalito portugués que consuela y anima a un aficionado francés que lloraba desconsoladamente tras haber perdido la final de su Eurocopa. Y la reacción de Bleu, igualmente tierna y esperanzadora.

¡Grandes, los dos!

Jesús Lens

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