IBI: Fiasco a las 9

A ver si yo me enterado bien. Que seguramente no y, entonces, me gustaría que alguien me lo aclarase. El caso es que, el viernes, los concejales del ayuntamiento del PP, Cs, IU y Vamos Granada estaban en contra de subir el IBI un 4%, tal y como comentábamos el sábado en IDEAL y tema sobre el que vuelvo esta mañana, en el periódico.

Dicha subida era reclamada como necesaria por parte de los técnicos del Ayuntamiento de Granada, que vienen advirtiendo desde hace tiempo de la muy delicada salud de las arcas municipales. Técnicos del ayuntamiento, insisto. No portavoces, representantes de los partidos, asesores, lobistas… ¡Técnicos!

 

El PSOE convoca un Pleno Urgente y Extraordinario para el domingo, cuyo único punto del orden del día era la tan traída y llevada subida del IBI y los representantes de los cuatro partidos se siguen declarando en contra de aplicarla, aunque esa decisión podría suponer la quiebra del Ayuntamiento y la intervención de sus finanzas.

Hete aquí que los técnicos municipales, esos que prevenían sobre las consecuencias de no subir el IBI -entre otras medidas para generar ingresos, ahorrar costes y reducir gastos-, advierten que el voto en contra de los concejales, además de ser letal para la ciudad, les puede acarrear problemas legales. A ellos. Personalmente.

 

Y entonces… ¡entonces sí! Llegados a este punto, los concejales del PP y de Cs dan la razón a los técnicos del Ayuntamiento, considerando que sus dictámenes deben ir a misa. Y votan junto al PSOE -que estaba por subir el IBI-… la anulación del pleno del domingo. De esa forma tan torticera, evitan votar a favor de una subida impositiva, pero dan luz verde a que la misma se produzca, de facto.

Y ahí se quedaron IU y Vamos Granada, pidiendo que se debatiera sobre la cuestión, clamando en el desierto, y dejándonos con la duda de si habrían votado en contra, aun a riesgo de incurrir en responsabilidades legales por su decisión.

 

¡Qué vergüenza! ¡Qué bochorno! No sé qué les parece a ustedes, pero a mí me produce sonrojo comprobar cómo toman sus decisiones determinados políticos de este ayuntamiento: si una decisión va en contra de los intereses de la ciudad, pero les permite salvar la cara y perjudicar al contrario; no les duele en prendas tomarla y defenderla, caiga quien caiga. Ahora bien, si esa misma decisión les puede acarrear responsabilidades legales… entonces reculan y se la envainan. ¡De pena!

 

Jesús Lens