Nunca le perdonaré a la ancestral sabiduría china que convirtiera una expresión tan evocadora, literaria y aventurera como la muy dickensiana “Tiempos interesantes”, en una maldición. Una maldición que nos lleva torpedeando con especial virulencia desde 2008, cuando la Crisis empezó a materializarse en toda su crudeza. (En este artículo de IDEAL de final de aquel 2008 escribí por primera vez de esa maldición)
Los tiempos interesantes se han cernido sobre Andalucía, tras las elecciones del pasado 2 de diciembre. ¿Se acuerdan de ese otro adaggio viejuno, de carácter deportivo? La wikipedia se lo atribuye a Gary Lineker: “El fútbol es un deporte que inventaron los ingleses, juegan once contra once, y siempre gana Alemania”. Pues lo de Andalucía y la política en nuestra tierra era algo parecido: “Las elecciones son un sistema que inventaron los griegos, se presentan diferentes partidos y siempre gana el PSOE”.
A Susana Díaz le corresponde el dudoso honor de, siendo una de las personas supuestamente más y mejor informadas de España, no enterarse de nada. Ni de lo que ocurría en su partido ni de lo que ocurría en su tierra. Y el burbujismo le ha costado caro.
Hasta hace pocas semanas, la sección de “Andalucía” de los periódicos era de consumo rápido, siempre presidida por gente del PSOE de Andalucía Occidental. Rostros que en Sevilla y Cádiz -¡ay, los feudos!- serían conocidos, pero que aquí no nos sonaban de nada. Consejeros de cuyos nombres no podríamos acordarnos por mucho esfuerzo que hiciéramos. ¿Perfil bajo? ¡No! Perfil subterráneo, todo fontanería.
Desde el pasado 2 de diciembre, la lectura de las páginas que incluyen a Andalucía en su enunciado son las más cotizadas de la prensa, con decenas de análisis, explicaciones, previsiones y quinielas. Incluyendo una posible repetición de las elecciones que, sin embargo, no se cree ni la mismísima Susana Díaz.
Salvo que Abascal, como le ocurrió a Pablo Iglesias en su momento, se haya convencido de que sería capaz de doblar sus sufragios y acercarse al millón de votos en una nueva cita con las urnas. Lo mismo, llegados a este punto, los miles y miles de abstencionistas activos, hastiados y militantes, se piensan lo de quedarse en casa y contribuir, por omisión, a la extrema radicalización de nuestra política.
Pero no. No habrá caso. Habrá tensión, amenazas, reuniones, concesiones, foto y… nuevo gobierno. De derechas y muy de derechas. Liberal, que dirán los alquimistas del lenguaje. ¡Bienvenidos a un interesantísimo 2019!
Jesús Lens