Dicen que no hay que darles visibilidad. Ni pábulo. Que cada vez que entramos al trapo de cualquiera de sus boutades, les damos oxígeno. Que viven de eso. De provocar. Porque así se convierten en el centro de atención y capitalizan el debate.
Vaya por delante que estoy bastante de acuerdo con esa tesis. No hay que alimentar al troll. Bastante éxito ha tenido ya, como señalaba uno de los seres más peligrosos que pisan nuestro planeta, el reptiliano Steve Bannon. Éxito, sobre todo, por haber arrastrado al fango al PP y a Cs, cada vez más escorados hacia la derecha. ¿Se acuerdan de cuando luchaban, unos y otros, por ser más de centro que Suárez? O tempora, o mores…
Hay ocasiones, sin embargo, en que la tentación es demasiado fuerte. Cuando ofenden con lo de los buscadores de huesos. Cuando alarman con lo de las armas. Cuando cuestionan la violencia machista. Cuando ellos mismos tienen que fulminar a un negacionista del Holocausto. Cuando sus tesis sobre la homosexualidad nos recuerdan a la Inquisición…
Pero venga, va. No hablemos de nada de ello. Como si no existieran. ¿Qué les parece, sin embargo, si conducimos el debate a ese temilla en el que presumen de ejemplaridad y mano dura, de ser látigo y azote? A la corrupción, me refiero. A vil metal. Al enriquecimiento injusto.
Porque menudo ojo han tenido con sus candidatos en Granada. Uno -que no te enteras- ha sido condenado por la Audiencia Provincial a un año y nueve meses de prisión por un delito continuado de estafa. Pero es que el segundo -veo, veo- ¡también fue condenado por la Audiencia! ¡Y también por estafa! ¡Y a dos años de prisión!
¿Será posible? Sus dos últimos líderes, dos estafadores. Es-ta-fa-do-res. Condenados por la Audiencia. Esto no son opiniones, intoxicaciones ni fake news. Son sentencias. ¿De verdad hay personas dispuestas a confiar en un partido que, en Granada, ha elegido como responsables, de forma sucesiva, a dos estafadores?
Por cierto que, al leer los currículos de sus cuadros dirigentes, la mayoría tienen en común una misma formación: Curso Coaching Político y Planificación Estratégica (Francesca Benito). ¿Tocará su temario la cuestión de la ejemplaridad?
Jesús Lens