Si lee usted estas líneas hoy por la mañana y se fija en sus compañeros de trabajo, en su vecino de barra del bar o en el pasajero que se sienta justo enfrente; probablemente les encontrará concentrados y ensimismados en las pantallas de sus ordenadores o en sus móviles.
Es probable que estén consultando el correo electrónico, abriendo felicitaciones navideñas en el WhatsApp o subiendo alguna frase motivacional al Facebook. Pero también es posible que estén conectando con la web del Festival de Música y Danza de Granada para comprar entradas para algunos de los grandes conciertos de la edición de 2017. Y de ello hablo hoy en IDEAL.
Porque hoy, a partir de las 10 de esta mañana y a través de internet, salen a la venta las entradas para el Réquiem de Verdi, el Pink Floyd Ballet de Roland Petite y las perlas del Barroco interpretadas con instrumentos originales por la Orquesta del Siglo de las Luces.
Personalmente, y no siendo gran aficionado a la música clásica ni teniendo apenas conocimiento sobre estos espectáculos, mataría por asistir a cualquiera de los tres. En sentido metafórico, por supuesto.
Y creo que ese es el gran logro del Festival de los últimos años, bajo la batuta de Enrique Gámez, primero; y de Diego Martínez, después: hacerlo deseable para personas que, sin ser entendidas o especialistas, tenemos curiosidad e interés por ampliar nuestra cultura musical.
No me pregunten por David Afkham, William Christie o el citado Roland Petite, que serán los Maestros que dirijan los espectáculos anteriormente citados. No tengo referencias sobre ninguno de ellos. Pero ya estoy deseando que lleguen las Navidades para curiosear y bichear sobre su obra.
Porque hoy, yo seré uno de los que estén conectados a la web del Festival, tratando de comprar mi entrada para alguno de dichos espectáculos. ¿Pink Floyd en el Festival de Música y Danza de Granada? ¡Claro que sí! No sé qué opinarán los especialistas y los puristas acerca de estos mestizajes, pero si un afamado coreógrafo se sintió tan impresionado por “The Wall” como para dedicarle un ballet completo, yo ya estoy predispuesto. A favor, por supuesto.
¿300 voces interpretando a Verdi? ¿Bach a través de instrumentos de época? Estos conciertos pueden convertirse en auténticos viajes en el tiempo, más allá de lo estrictamente musical. De ahí que ya esté ansioso porque la compra termine de procesarse…
Jesús Lens