Y para despedir la semana y dar la bienvenida al frío, un cuento muy doméstico. Y muy corto. A ver si os gusta.
A mi vecina de al lado se le debe haber estropeado el timbre y a su casero le debe estar costando arreglárselo.
Además, mi vecina… (¿Os acordáis de aquella aulladora? No. No son la misma, que conste.)
Mi vecina, decía, tiene una nueva pareja (¿o será la de entonces, que ha vuelto, pero más discreto? )
Una nueva pareja que debe creer en la vida sana y deportiva y que, entre otras virtudes, debe tener la de subir por la escalera ya que, cuando llega al rellano de nuestro piso, nunca se oye el ascensor.
¿Cómo sé, entonces, que ha llegado al rellano?
Porque, como todavía no debe haberse ganado la confianza de mi vecina, aún no tiene llaves del piso. Y tiene que llamar a la puerta. Y como el timbre está estropeado, llama a la vieja usanza: golpeando con los nudillos.
– Toc. Toc. Toc.
Y ahí estoy yo, arrellanado en mi sofá. Leyendo. Tranquilo. Relajado. Viendo las primeras y preciosas nieves que, hoy, han caído sobre la Sierra.
Y lo oigo:
– Toc. Toc. Toc.
No lo puedo evitar. Me sobresalto. El corazón se me acelera y siento algo muy parecido al miedo. Yo le llamo repullo. O susto. Pero es miedo.
– Toc. Toc. Toc.
Imagino que pronto me acostumbraré y el sonido de la llamada del novio de mi vecina se convertirá en uno más de los habituales del edificio en que vivo.
Pero reconozco que, cuando estoy viendo una película, en el silencio la madrugada, y lo escucho:
– Toc. Toc. Toc.
Me alarmo. Y sudo.
Sobre todo, porque hace meses que mi vecina se marchó del piso de al lado y, de momento, nadie lo ha vuelto a ocupar.
Jesús Lens Espinosa de los Monteros.
Comentarios
13 respuestas a «Toc. Toc. Toc.»
en principio, tu vecina la aulladora va de capa caida. ha elegido un pareja que no la hace aullar. seran los años…
debias de asomarte y ver quien toc toc toctea… y yo abriria el piso de tu vecina «la destimbrada» a ver que hay…
Pues nada Foces, esta noche te vienes para casa y hacemos juntos la exploración…
Bueno, bueno, bueno.
pues me vas a perdonar, que no… que yo soy muy miedoso y me acuerdo de aquel cuervo de Poe y del Comendador del Tenorio. Les daba por llamar con el toc toc toc, abrias y nada.
lo que si podias hacer es darle mi numero de movil a la aulladora por si echa algo en falta….
Muy bueno Señor Lens, yo también me he acordado de Poe (y su corazón delator). De la vecina no digo nada, que luego todo se sabe…
confiesa bellaco, esa pareja viene realmente a por ti, está llamando tu atención, y tú, que lo sabes, te pones inmensamente nervioso, porque la cuestión te pone…. pero te pone muuuusho, pero te haces el duro. Ya!
Señor Lens, ya sé donde vive su vecina aulladora ahora:
http://politica.elpais.com/politica/2011/10/24/actualidad/1319471540_375299.html
Hola Jesús!, yo, al menos miraría por la mirilla, quién te dice a tí que la persona que llama no es una mujer?, o la mujer de tu vida?, o… simplemente la mujer de tus noches?, puestos a fantasear… yo no me quedaría con la duda; es más, y si te asomas y no hay nadie?; qué acojone no??!!, y cuantas líneas para escribir.
Saludos desde el otoño manchego.
Ay, cómo me ha gustado!
Creo que me voy a vivir a tu bloque, es mas animado que el mio.
Cuando alguien hace toc toc toc, pero se escucha tac tac tac… es porque te estás tacando. No sé si me entiendo.
Pues el tono simpático del principio se ha tornado en miedo al final, buen efecto, sí que me ha dado yuyu. Muy de ahora, con el frío y los nenes con coreografía del «thruiller» para el cole…
Pero si mi edificio de está quedando vacío!!!! Jajajajaja.
Mira que os guste que me pasen cosas desagradables y de miedo ¿eh????