Así comienza el sensato, clarividente, necesario e imprescindible artículo que el abogado y editor Jerónimo Páez publica en las páginas de opinión de El País:
En las últimas décadas una oleada de fanatismo, intolerancia e irracionalidad se está apoderando de numerosos sectores de población en algunos países, hasta el extremo de amenazar la convivencia entre distintas comunidades y, en algunos casos, poner en peligro la paz mundial. Se presenta embutida en un ropaje ideológico que se pretende progresista y enraizado en las más puras esencias de cada pueblo. En el fondo, son variantes de un mismo fenómeno: “nacionalismos integristas”, reaccionarios y excluyentes, ya sean de índole religiosa, étnica, cultural o identitaria.
No son, como a primera vista podría pensarse, exclusivos del mundo musulmán. Se dan también en muchas otras naciones que creíamos vacunadas de esta enfermedad. Es un fenómeno que está desvirtuando la naturaleza de estas sociedades y destruyendo los valores que cimentaban la convivencia entre comunidades que antaño vivían en relativa armonía. No son movimientos espontáneos. Durante años han sido apoyados, atizados y subvencionados por partidos políticos, Gobiernos y por determinados grupos y lobbies con mezquinos intereses.
Aquí puedes seguir leyendo «Un futuro de turbulencias y negros presagios», uno de esos serenos y reflexivos artículos ante los que solo cabe decir: ¡Amén! Y no porque nos guste el panorama que pinta, precisamente.
Jesús Lens
Comentarios
4 respuestas a «Turbulencias y (negros) presagios»
cuando de niño oia a mi padre renegar del catalanísmo egoista, pues ni caso, estaba yo mas a lo comboi ! pero me acuerdo.
tenemos un problema de liquidez o como dicen algunos santones, de «circulante». ja,ja,ja. y para que no veamos nuestra miseria se azuzan los nacionalísmos y se potencia el ruido de sables… Ja,Ja,Ja
gobernantes, otra vez ? llevais asi 75 años,los mios. REPETÍOS !!!!
Muy bueno el artículo.
Aquí en Aragón siempre nos hemos quedado alucinados con lo que enseñaban desde hace tiempo en los colegios catalanes y que hacia referencia a la Corona Catalana-Aragonesa cuando siempre ha sido la Corona de Aragón y Barcelona era un condado que pertenecía a la Corona de Aragón, al igual que el reino de Mallorca, Valencia, Sicilia….
Los nacionalismos suelen adaptar la historia a sus intereses y lo malo que de tanto repetirlo al final la gente se cree que es verdad.
Estupendo artículo. Una visión sosegada y distante de los delirios que nos divierten a diario de esos simpáticos muchachos envueltos en banderas.-
Quizás no estaría mal remitirlo a la Comisión Europea por si tienen un rato entre lectura y relectura de la misiva que informa que los ejercitos españoles se aprestan a tomar tarragona. No va a quedar una bitufarra con vida.
Yo no he hecho la mili, pero si hay que ir, se va.
Efectivamente. Una visión tranquila y ponderada que llama a las cosas por su nombre. Jerónimo Páez tiene reconocimiento y prestigio y un artículo como este en El País no pasará inadvertido. Ni en Madrid, Barcelona… ni Bruselas.