Hace unos días, José Antonio Flores Vera, hombre de acción y también de reflexión, corredor, articulista, Internauta y conferenciante; impartió una charla sobre “Los mundos del Corredor”.
Jesús Lens, al que le podemos aplicar los mismos adjetivos que a Jose, acudió a la referida charla en calidad de oyente.
Durante su Charla, Jose hizo referencia a Haile Gebreselassie, el excepcional corredor africano. La noche antes de batir el récord del mundo de maratón se encontraba en Berlín. Llovía y hacía frío. Y, en su habitación, el fondista africano se hizo esa célebre pregunta que atletas, montañeros, viajeros, directivos, trabajadores, maridos, esposas y, en general, cualquier persona, nos hemos hecho alguna vez: ¿Qué hago yo aquí?
Fernando Torres y Pau Gasol nos han demostrado que, a veces, los ciclos se terminan y es necesario cambiar de aires y comenzar de cero. La relación de Alonso con Hamilton ejemplifica cómo, teniendo todas las bazas en la mano, se puede perder la partida. Armstrong es un ejemplo que se pone en las escuelas de negocios y el Real Madrid de Zidanes y Pavones se explica en los Másters de desarrollo directivo.
El deporte, además, nos sirve para ilustrar desde los siete pecados capitales a las siete virtudes cardinales. De la ira de Cantona y Zidane a la templanza de Induráin, sin ir más lejos. Semana a semana, a través de dos Bitácoras, “Diario de un Corredor” y “Pateando el mundo”, a cuatro manos, José Antonio Flores y Jesús Lens irán hablando de todas estas cuestiones, esperando que sea del interés de los lectores de ambos Blogs.
Jose y Jesús queremos saber. Los deportistas, sus gestas, sus grandezas y sus miserias. Y la aplicación que de todo ello podemos sacar para la vida empresarial y para la vida normal de las personas. De las estrategias más brillantes a las decisiones más arriesgadas. De los éxitos más inesperados a los fracasos más cantados. De las gestas más gloriosas a las hecatombes más miserables.
Atletas populares. El mundo del deporte se da la mano con la humanidad de los participantes en pruebas que son mucho más que carreras. Toda esa mezcla debería de ofrecernos un texto profundo, al tiempo que tierno y humano, muy humano. Si con eso conseguimos aupar a la persona y valorar al deportista habremos conseguido nuestro propósito, pero al mismo tiempo buscamos conseguir que nuestros hipotéticos lectores comprendan que el deporte y la vida no están tan divorciados. Corredores, Internautas, amigos y rompeteclas Ahora bien, ese relato del deportista que abordemos va a estar tocado con nuestro estilo que, inevitablemente, deberá de estar tratado en clave literaria, magnificando lo que creamos sea más literario, en esa rara unión entre la vida y la literatura. Cualquier evento deportivo que nos sirva para ejemplificar los distintos comportamientos humanos será bienvenido. Anímense. Lo pasaremos bien. Seguro. Fdo.- J & J |