Mi artículo de hoy, en IDEAL, más que un consejo, que lo es; es una exhortación y, a la vez, una celebración:
Lo han vuelto a hacer. Efectivamente, los genios de Pixar han vuelto a poner patas arriba a la industria del cine con su estreno más reciente: “Inside Out” o, como se ha traducido en España, “Del revés”. La nómina de adjetivos superlativamente calificativos que le podríamos aplicar a la película sería más larga que el viaje de la sonda New Horizons a Plutón. Y, aun así, nos quedaríamos cortos. De obra maestra para arriba… ¡hasta el infinito y más allá!
Y mira que, durante unos años, llegamos a pensar que Pixar había pinchado y se había desinflado. Por una parte, segundas entregas de sagas no muy afortunadas. Por otra, personajes, historias y situaciones más convencionales de la cuenta… Y es que, tras el desborde de imaginación y sapiencia cinematográfica de películas como “Ratatouille”, “Wall E” o “Up”, parecía que la compañía había tocado techo con ese monumento que es la trilogía de “Toy Story”, perfecto compendio de 20 revolucionarios años de historia del cine de animación.
Efectivamente, los estrenos de “Cars 2”, “Brave” y “Monsters University” nos dejaron fríos. Muy fríos. Y algo muy parecido debieron sentir los Lasseter, Catmull, Bird, Docter y demás creadores de Pixar cuando la compañía anunció que no estrenarían ninguna película a lo largo de 2014, lo que suponía una parada para el análisis y la reflexión.
Con Pixar nos ocurría lo mismo que con Induráin, en su momento, o con Nadal en tiempos más recientes: siempre ganaban. Nos habían acostumbrado a la rutina del éxito y la victoria y arrasaban a sus rivales con tanta soltura que parecía relativamente sencillo llevarse cinco Tours o nueve Roland Garros a casa. Pero no era así. Ni muchísimo menos. Trabajo, esfuerzo, constancia, entrenamiento, preparación física y mental, lucha contra las lesiones y enfermedades…
Alcanzar la excelencia y llegar a la genialidad nunca es fácil. Y, por eso, cuando “Inside Out” fue tan bien acogida en el Festival de Cannes, los amantes del cine suspiramos aliviados. Pero nos quedaba la duda: ¿habrían bajado los críticos su baremo? ¿Habrían sido condescendientes?
En absoluto, como hemos podido comprobar los miles de espectadores que, desde el pasado viernes, hemos abarrotado las salas para ver una película extraordinaria que da el protagonismo a cinco de las emociones básicas de los seres humanos: la alegría, la ira, el asco, el miedo y la tristeza. Cinco emociones que conviven en el cuerpo de una jovencita de once años. Cinco emociones que se enfrentan al gran cambio que se avecina en la feliz y despreocupada vida de la encantadora Riley.
No se me ocurre ahora mismo cómo una película, ni animada ni convencional, podría tratar los temas de los que habla “Del revés” con una combinación de rigor científico, profundidad filosófica, sentido del humor y capacidad de emoción siquiera parecida. Estamos ante una película de culto que va a marcar un antes y un después en la historia del cine y que requiere de más de un visionado para sacarle lo mucho y bueno que atesora en su interior.
Consejo de amigo: con o sin niños y para combatir la llamada Tercera Ola de Calor –como si las dos primeras hubieran dado tregua en algún momento– vayan al cine a ver “Del revés”. Ningún plan puede ser mejor.
PD.- No puede ser casualidad que hayamos visto la nueva obra maestra de Pixar justo el día anterior a conocer a Juanjo Guarnido, uno de los padres de Blacksad. Y es que miren qué escribía yo en IDEAL sobre ambos universos, Animales & Juguetes, hace ya la friolera de cinco años…
¡Cómo pasa el tiempo!
Jesús Lens