¿Qué son tres o cuatro meses más de retraso, en la infinitud del espacio-tiempo en que parece vivir la Junta de Andalucía, cuando se trata de las cosas de Granada?
Ayer domingo nos enteramos de que el Metropolitano de Granada no echará a andar a finales de año, como estaba previsto. Llegará, en teoría, en marzo. O no. Ya se verá. Porque de aquí a marzo pueden pasar tantas cosas… Y a todo este pifostio dedico hoy unas líneas, en IDEAL.
Las razones que aduce la Junta de Andalucía para justificar este nuevo despropósito son el parón de las obras en la estación de Andaluces, al chocar las obras del AVE con las del Metro. Que aquello fue en 2014, pero que da igual. Que, como excusa, sirve.
Y luego está lo de la demora en la adjudicación de la explotación. Que también es normal, demorar la cosa, cuando hablamos de un proyecto que data de 1998. ¿Para qué tanta prisa? Se ve que, al ser Granada una smart city o ciudad inteligente, la Junta ha decidido que es mejor pensarse las cosas despacio: dado que el metro granadino ha cumplido la mayoría de edad, dieciocho años, sin que lo veamos andar, ¿no es lógico echarle una pensadilla más al tema, no ir con bullas y acumular unos cuantos meses más de retraso?
Además, que ahora vienen el frío y el invierno. ¿No va a ser mucho más lucida la inauguración, con todas las autoridades, en la primavera? ¡Dónde va a parar!
Todo este sainete sería cómico si no fuera tan vergonzoso. Sé que es un recurso fácil apelar a la territorialidad y al provincianismo, pero es necesario recordar que Sevilla y Málaga tienen sus Metros, sus AVEs, sus circunvalaciones, sus hospitales completos, sus aeropuertos conectados con todo el mundo… Y, mientras, en la tierra del chavico, seguimos viéndolas venir. Y pasar. Pasando siempre.
¿Andalucía solo hay una? ¡Vamos, anda! Andalucía es, cada vez más, un cortijo. Y Granada está muy alejada de la Casa Grande en la que se toman las decisiones. Sin peso real ni aparente, sin voz ni voto; Granada desespera mientras ve cómo la Junta se sigue choteando de nosotros.
Suerte tienen Paco Cuenca y el PSOE de que no haya elecciones municipales en los próximos meses. Hoy por hoy y gracias a la gestión de la Junta de Andalucía en Granada, serían barridos del mapa.
Jesús Lens