Estaba en el rellano de la escalera de casa, sacando las llaves para abrir la puerta, cuando se me vinieron a la cabeza aquellos dramáticos finales de las vacaciones, cuando éramos niños y la llegada de septiembre nos arrancaba del sol, la playa, el mar y el calor de Carchuna. Era brutal y devastador, llegar a Granada con el olor en el cuerpo de la última ducha bajo el sol, con la arena todavía en los pies, con el cuerpo oliendo al salitre del Mediterráneo. Yo entonces no lo sabía, pero sufría en toda su crueldad eso que ahora se ha dado en llamar el Síndrome Post Vacacional.Nunca sentí como entonces el dolor por el final de unas vacaciones. Era como si me arrancaran del Paraíso Perdido. La vuelta a la normalidad, sencillamente, era insoportable.
Después, con el final de algunos viajes, me ha pasado algo parecido, hasta el punto de blindarme de cara al regreso, dejándome pendientes libros que ansiaba leer y películas que estaba esperando devorar. Comprando discos que me sacaran de la modorra y dejando enjaretados proyectos o ideas que hicieran de la vuelta algo menos doloroso.
Esta tarde volví a sentir, como hacía mucho tiempo que no sentía, esa misma sensación. A las cinco de la tarde, una Granada vacía, silenciosa y somnolienta me devuelve en toda su crudeza a una plúmbea realidad. Tras 24 días de viaje, entre Madrid, Lima, Cusco, Marrakech, Zagora y Ouazarzate, compartido con la mejor gente posible, el regreso es especialmente doloroso.
Esta noche apenas dormimos. El cansancio es máximo. Imagino que tendré mails por leer y contestar. Facturas por revisar. La cuenta tiritando y muchas horas por dormir y sueño por recuperar. Pero, a la verdad, si estando en la T4 hubiera podido coger un avión digamos para Shanghai o para Nueva Zelanda, para Islandia o para Sudáfrica, me habría ido con todo el gusto del mundo.
Y, sin embargo, aquí estamos. El I-Plus no me ha grabado nada de lo que le dejé programado. No me apetece pinchar ningún disco y ni siquiera terminar de leer «Cualquier otro día» me saca del aturdimiento. Veo que me ha llegado el nuevo «Altaïr», sobre Suiza. Y me pongo a leer su Cuaderno de Viajes y me vuelven a dar ganas… de marcharme.
Pero no. Se acabó. Este viaje. Vengo gordo como un cebollo, anquilosado y con la piel quemada. Con más arrugas, pero con más paisajes en las retinas, más música, charlas y sonidos en los oídos, con más sabores descubiertos y con el tacto de más manos estrechadas. Con la pituitaria inundada de los olores de las especias, con el disco duro del cerebro cargado de imágenes, momentos y situaciones y con la imaginación repleta de estampas, cuentos, historias…
Pero no tengo cuerpo para contarlo. Sólo para arrugarme y para llorar por el viaje recién terminado.
Así las cosas y de cara a la semana venidera, ¿qué veo? ¿Qué escucho? ¿A dónde voy, por esta Granada mortecina?
Jesús Lens, depre, pero depre… depre.
Comentarios
8 respuestas a «Y UNA VEZ MÁS VOLVER»
Bienvenido amigo.
Sigues teniendo buenos motivos por los que alegrarte ppor tu regrerso. Los amigos que has dejado aquí, la familia y los retos deportivos que te esperan.
Un fuerte abrazo. Espero verte pronto.
Bueno, qué le vamos a hacer, Jesús, como se suele decir bienvenido a la cruda realidad. Ahora no tienes más que ilusionarte pensando en la siguiente escapada.
Ah, y para comprobar cuánto tiempo has estado fuera no tienes más que echar un ojo a mi nuevo domicilio balaceril. Si es que te vas unas cuantas semanas y no veas cómo cambian algunas cosas…
no me extraña tu «bajón» Jesús.
¿sabes? sólo tienes que descansar y recuperarte un poco para que todo eso se convierta en «subidón» (y espero que la cara de satisfacción y sonrisa perpetua te dure todo lo que puedas) Hazme caso, una buena dormida y ya verás cómo tu entorno granaíno recupera todo eso que te llena de vidilla.
Ya contarás, ya.
Bicos
Bienvenido al yugo!
Estruje los dedos y a contar, somos todo ojos (digo todo oidos) no olvides que en tu mochila viajamos unos cuantos, por eso suele ser tan liviana.
Salud Paton.
Dormir, dormir es la clave. Y luego lanzarse a contar todo lo vivido, para rememorarlo y disfrutarle. En casa de nuevo. Un abrazo a todos!!!!!!!!
PD.- Javi, ¿cuándo es la siguiente carrera?
El 25 de abril en Alhama. A ésta no podemos faltar, que se nos vé el plumero.
piensa en el sábado Jesús que tenemos mucho por hacer…….
Qué presión, las carreras, el baloncesto… jajajaja