Los currelas de CajaGranada han empezado a manifestarse porque temen que la fusión les deje fríos. No se pensaban que cuando Antonio Jara decía aquello de crecer y hacerse grande se refería a ponerles una mesa de despacho en Madrid. Así que alguno ya se está acordando de la mare que parió Mare Nostrum -metafórica y laboralmente hablando-.
He escuchado a la secretaria de UGT, Manuela Martínez, criticar el oscurantismo del proceso. Y es curioso que en todo lo que afecta a la Caja se mantenga un discurso dentro y otro fuera. Porque los representantes del sindicato en la asamblea y en el consejo de administración dieron su visto bueno a una operación que quizás fuera la única posible pero que cualquiera podría intuir en lo que iba a derivar.
Y claro, mientras unos se rebelan porque no quieren marcharse a Madrid, otros -sin señalar- se pegan un voltio por Roma y Córcega en un crucerito.