Creíamos que lo habíamos visto todo cuando Magdalena Álvarez trasladó el aeropuerto de Granada a Jaén con tan solo colocar una placa. Pero resulta que ayer va Mariano y, de un plumazo, planta Constantina y Cazalla en mitad de Cádiz. Y eso nos tiene preocupados por la parte que nos toca. Porque si lo que pretende Rajoy es arreglar los problemas mudando los pueblos de un lado para otro, pudiera suceder que como los catalanes ya tienen el pan con tomate pero les falta el jamón se lleven Trevélez a Barcelona.
Claro, que para meter a Constantina y a Cazalla dentro de Cádiz habrá que sacar algún que otro pueblo de la provincia gadita. Si es posible, Mariano, mándanos para acá Sanlúcar, con la manzanilla y las gambas. Aunque ya puestos, mejor que en este reequilibrio territorial nos toque Fuentealbilla y así Iniesta jugaría en el Granada y se acabaría la sequía goleadora.
No comprendo por qué el personal dice que el debate resultó aburrido. Sobre todo, porque hay que ser muy insensato como para sentarse a ver esta tertulia con la intención de desternillarse.
Los periodistas llenamos un rosario de titulares pidiendo debates para acabar siempre criticando a unos y a otros por aquello de quedar bien con todos.
Si los políticos hablan de cosas que no interesan un pijo es, entre otros motivos, porque nosotros les hemos dado pábulo.
Lo digo porque el jueves se encontrarán los cabezas de lista de PP y PSOE por la provincia y como no tengo nada mejor que hacer me tragaré el debate.
Estaré pendiente de Concha de Santa Ana, que en su anterior cara a cara con Cándida Martínez se limitó a leer lo que, probablemente, otros le habrían escrito. Cuatro años después, Concha tiene a su favor el contexto y la ventaja de ser una especie de Lara Croft camuflada de muñeca de porcelana. Pero juega en su contra que ya gastó el comodín de la canidata novata.
De Pepe Martínez Olmos sabemos que se mueve con soltura en los temas sanitarios y que puede encerrar a Concha en una diatriba ideológica, como intentó Rubalcaba con Rajoy. Pero en Granada me da la impresión de que se habla más del AVE y de la A-7 que del aborto.
Y en Constantina probablemente también.
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