PP y PSOE acaban de elegir sus listas al Parlamento andaluz. La dirección popular ha escogido a los que ha querido y la cúpula socialista ha preguntado a todas las agrupaciones para terminar colocando a los que tenía previsto; que, al fin y al cabo, viene a ser lo mismo.
El PP ha recuperado para la política activa a Juan Ramón Ferreira, que ya estuvo a punto de marcharse al Congreso y que en los últimos días había sonado para dirigir el Puerto de Motril.
La única sorpresa -también para algunos dentro del partido- ha sido la incorporación de Luis González. Para aquellos mal pensados -como yo- no tiene nada que ver que tras la modificación de la Ley de Cajas su sueldo se vea recortado casi a la tercera parte. Supongo.
Por su parte, los socialistas granadinos han sacado una lista previsible de la que se ha desmarcado el 25% del comité. Si no convence del todo de puertas hacia dentro, difícilmente entusiasmará de puertas hacia fuera.
Y aún así, el PSOE de Granada es de los más estables en Andalucía. Es normal que la dirección salve a los consejeros, que han podido pagar en las agrupaciones la vendetta o el olvido.
La candidatura socialista es más solvente con Clara Aguilera y Paco Álvarez de la Chica.
Pero, según lo visto, sin Chema Rueda la lista es más militante y menos de la militancia.
Todo dependerá de los resultados del 25M.
Una derrota socialista abriría una revisión de punta a punta y abriría paso al siguiente de la lista.
Y el tapado está fuera.
Para ser precisos, la tapada.
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