Para todos los seguidores de ‘La operación Zarrías I’ aquí llega ‘La operación Zarrías (y II)’, aunque a esta saga le sucede como a Rocky, que cuando todos lo dan por imposible puede aparecer una nueva entrega. Como todas las películas, esta no es más que otra ficción que puede resultar creíble, así que nadie se dé por aludido, porque todos sabemos que Gaspar no haría estas cosas en la vida real.
Nos habíamos quedado en aquellas semanas previas a las elecciones, cuando un grupo del PSOE andaluz empezó a organizarse en previsión de una debacle que casi todos daban por hecha. De ahí aquella frase que un socialista pronunció en la noche electoral en el hotel Renacimiento: “Fui a un entierro y el muerto se levantó”.
Con suficiente antelación, ese sector socialista buscó posicionamientos en todas las provincias para liderar la transición del partido y con la mente puesta a cuatro años vistas. También en Granada.
La opción no era necesariamente la de Teresa Jiménez. Por decirlo de alguna manera, este grupo quería jugar la baza de un alcalde.
Primero le ofrecieron a través de un intermediario liderar la lista al Parlamento de Andalucía, aunque esta persona -que huye de una conspiración lo mismo que del colesterol- rechazó la oferta. Puede que hasta la propia Teresa llegara a creer que debía dejar paso a este alcalde en la candidatura, porque la posibilidad se llegó a plantear en más de un encuentro interno.
Hasta que el muerto se puso en pié. Griñán ha respaldado públicamente a Teresa en un gesto sin precedentes. Tan inusual, que algunos dicen que no resultará gratis. Y este alcalde puede que aparezca en la futura estructura provincial.
O que en su habitual discreción, prefiera reservarse para dentro de cuatro años.
en twitter @quicochirino
Deja una respuesta