Me contaba hoy un colega que, en realidad, Zoido no se desvive por ser el presidente del PP. Básicamente no me lo creo.
Pero tras negárselo tres veces me lo ha confirmado otras tantas. Y yo soy de ideas fijas pero fácilmente manipulable.
Zoido no quiere ser el presidente, el grueso del partido tampoco marcaría con su nombre la raqueta de pádel, pero la realidad es que dentro de dos semanas será el líder de los populares y virtual candidato a la Junta -aunque diga lo contrario-.
La política tiene estos círculos viciosos, y el calificativo no va con segundas.
En pocos días se conocerá quién será su número dos, que en la práctica viene a ser como el número uno. Sevilla y Málaga se están disputando este terreno porque saben que dentro se juega el control del partido.
Las filtraciones son tan interesadas que pareciera que el banquillo del PP se reduce a dos personas, el sevillano José Luis Sanz, alcalde de Tomares, y el malagueño Juan Manuel Moreno, secretario de Estado.
El nombre de Sanz está sobre la mesa desde el primer minuto y en los últimos días es el que cobra más fuerza. La delegada del Gobierno, Carmen Crespo, le ha lanzado hoy un guiño al tiempo que se ha autodescartado como secretaria general, utilizando un juego de palabras parecido al que empleó Zoido cuando mantuvo por encima de todas las cosas que su sitio estaba en el Ayuntamiento de Sevilla.
Crespo ha hecho referencia a una generación de dirigentes populares curtidos en el ámbito municipal. Y ahí puede estar la clave.
Desde el entorno de Zoido en Sevilla han echado a circular varios nombres y si hablan de ellos será porque en algún lado los habrán escuchado.
Son dirigentes que apenas podían hacerle sombra a militantes influyentes de finales de los noventa, en la etapa dorada de Aznar. Jóvenes que marcharon a forjarse en ayuntamientos que estaban casi abandonados y ahora se encuentran en su madurez política.
En este grupo ubican al propio José Luis Sanz, al alcalde de Córdoba, José Antonio Nieto, y a su teniente de alcalde Miguel Ángel Torrico; al motrileño Carlos Rojas y se ha hablado también de Sebastián Pérez.
Hay otros nombres que no han trascendido pero que están en la misma órbita generacional. Como el de un concejal de la capital granadina.
¿Un tocayo mío?