Os dejo mi última columna en el periódico sobre el debate sobre el estado de la ciudad

El problema de un debate sobre el estado de la ciudad radica en que alguien llegue a pensar que la ciudad se pueda arreglar con un simple debate. Ya hemos perdido la esperanza de que un político alumbre una idea que nos resuelva la vida, pero lo mínimo que se les puede exigir es que, al menos, se insulten con gracia.

El alcalde y algunos de los suyos han convertido a la concejala de UPyD Mayte Olalla, en objeto de sus chanzas tabernarias. Cierto es que la concejala ha demostrado en estos dos años que se basta por sí misma para ponerse en entredicho, pero eso no justifica algunos ataques con tufo machista y paternalista como los  vividos en el pleno del jueves.

Primero fue José Torres Hurtado quien intentó desacreditarla en su réplica al achacar su falta de pericia a que Mayte –ya se sabe– sea novata en política. Sucede que con ese mismo argumento el alcalde podría ridiculizar a varios de los suyos, empezando por dos de sus más estrechos colaboradores, como Curro Ledesma o Telesfora Ruiz.

Después fue Juan García Montero quien dijo que Mayte había sacado su discurso de la wikipedia porque tenía el nivel de una redacción de segundo de ESO.

Probablemente, ni el debate plenario –ni mucho menos esta columna– resista un análisis sintáctico y morfológico del concejal de Cultura, que se maneja con las palabras igual que con los chistes. Solo algunos elegidos están tocados por el don de la oratoria, qué le vamos a hacer.

Como el alcalde, que después de que García Montero reprochara a Olalla su pueril prosa, se arrancó con un discurso de elevada altura:«Los dineros que estamos hablando…».

Cómo se nota en política la veteranía.