PSOE y PP han montado dos gestoras en dos pueblos que ambos quisieran ganar aunque se teman que lleven las de perder.
Las distintas familias del PSOE de Guadix –también las familias monoparentales, que las hay– han convivido sin estridencias hasta el momento de elegir al candidato.
Todo arrastra desde septiembre de 2012, cuando hubo cuatro aspirantes a la secretaría local accitana y ganó Juan Ignacio Fernández por apenas dos votos de ventaja al concejal y actual jefe de gabinete de la consejera de Salud, Iván López Ariza, y con cuatro sobre la edil Inmaculada Olea.
Juan Ignacio hizo una ejecutiva de integración, sin percatarse de que él mismo se tendía la trampa: la dimisión en bloque de la mitad más uno ha provocado que el partido monte una gestora exprés cuando el secretario local se encontraba de viaje en Alemania. En definitiva, le estaban esperando.
¿Qué hay detrás? La ejecutiva provincial maneja una encuesta que coloca ligeramente por delante en valoración a Iván López, aunque el resultado se parece a un empate. Por otra parte, la agrupación local encargó su propio sondeo y sale mejor parado Juan Ignacio Fernández.
Un sector de la ejecutiva utilizó como argumento para dimitir la elaboración de esta segunda encuesta y unas afiliaciones que consideran masivas y que, en realidad, son militantes que han llegado del anejo de Hernán Valle. Entre los dimisionarios hay dirigentes como el diputado nacional José Martínez Olmos, el exalcalde José Luis Hernández o el propio Iván López.
Con la celeridad que le caracteriza -ejem-, la cúpula provincial socialista decidió intervenir en Guadix.
La reunión de la ejecutiva en Torre de la Pólvora no fue sencilla. Uno de los presentes -que hizo de hombre malo aunque sea bueno, con la ‘b’ mayúscula- advirtió de que se estaban forzando los estatutos y que, de interpretarse al pie de la letra, podía provocar situaciones tan estrambóticas como que el diputado Martínez Olmos tuviera que pasarse al grupo mixto en el Congreso.
La idea inicial se recompuso y se montó la gestora, que será quien controle la designación del candidato. Hay dos aspirantes conocidos: Juan Ignacio e Iván. Aunque el jefe de gabinete de la consejera podría ser la víctima necesaria para otros intereses.
Cuentan que también hay dos tapados por si hubiera que buscar una opción sin vencedores ni vencidos. O bien que Manuel Gómez Vidal no tenga más ‘remedio’ que repetir, aunque él no queira -ejem-; o recurrir a un ‘galáctico’ como Pepe Martínez Olmos.
El problema es que a uno de los dos podría apetecerle la idea y al otro habría que obligarle. Y ni eso.
El PP también ha decidido montar una gestora, en esta ocasión en Ogíjares. Alguno piensa -y lo dice en público- que habría que haberlo hecho hace mucho timepo.
Desde el provincial van a intervenir la dirección que preside Lola Mateo, persona próxima a José Luis del Ojo -no es ningún secreto-, protagonista de los desencuentros que provocaron hace ocho años la salida del partido del actual alcalde del municipio, el ahora independiente Francisco Plata.
Desde entonces, al PP le ha ido bien en todas las elecciones en Ogíjares menos en las municipales, donde no obtuvo mayoría suficiente ni en 2007 ni en 2011. Me dice uno de los aludidos que tampoco la tuvo en 1995, en 1999… ni la tendrá en 2015.
Todos esos votos que se pierden por los enfrentamientos internos pueden resultar determinantes para el gobierno de la Diputación -otro día hablaremos de Monachil-. Por eso la dirección popular ha resuelto pasar página a una etapa mal cerrada hace ocho años.
Desde arriba, el partido tiene decidido que el candidato en Ogíjares sea el concejal de la capital Vicente Aguilera.
Pero le va a costar más ser candidato que conquistar la escoba de plata.
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