Otro año más intuyo que me están enviando los jamones y otros cohechos navideños a la dirección equivocada. Aquellos que gustan de agasajarme quizás tengan el mismo problema de la infanta Cristina, que ha ingresado los 587.000 loros de la fianza en la cuenta equivocada -puede incluso que en la del marido-.
Desde que Jaime Sánchez Illescas dejó el Ayuntamiento ni siquiera recibo christmas, aunque cada vez sean menos los políticos que me odian; lo cual no me deja en muy buen lugar periodísticamente hablando.
También hay deseos o felicitaciones envenenadas. Como las que el presidente de la Diputación, Sebastián Pérez, dedicó a algunos de sus rivales en el pasado pleno del 28 de noviembre. Algunas las relaté en la crónica política del pasado domingo –“Esto con Paco no pasaba”– y otras las dejé para alimentar las conspiraciones de este blog.
Como una de las nueve ocasiones en las que Sebastián Pérez se dirigió al bautizado como portavoz “silente” del PSOE -apodo atribuido a José Entrena por su locuacidad- y le dijo: “Yo voy a trabajar y voy a luchar, yo y el compañero de Maracena, para que el portavoz silente no esté dentro de unos meses en la Diputación”.
¿Sebastián Pérez y el alcalde maracenero, Noel López (PSOE), compartiendo una misma causa?
Como decía Groucho Marx, no es la política la que crea extraños compañeros de cama; sino el matrimonio.
Es que el Illescas además de haber sido un buen concejal, es un Señor. Doy fe
No son más que argucias propias de trilero, o sea, de político al uso. Pero cada vez me sorprende más la reverencia y respeto que se le tiene al tal Perez,por parte de periodistas y demás políticos. Porque, en realidad, seamos serios, el tal Pérez no es más que un chusquero de la política. Se alinearon los planetas para que fuera Presidente del PP y de la Diputación. Yo creo que de vez en cuando él mismo se estará preguntando si está soñando.