El PP ha mantenido a la mayoría de sus concejales en la lista para el 24 de mayo en la capital. Solo faltarán Vicente Aguilera, candidato por Ogíjares; Juan Antonio Mérida, por decisión propia; y Eduardo Caracuel, porque puede tomar sus propias decisiones.
La candidatura popular se define por la continuidad. Por otra parte, igual que la socialista, la de Izquierda Unida o la de UPyD.
Llama la atención que cuando todo está cambiando en el mundo de la política, la oferta que hagan los partidos tradicionales es que todo se mantenga casi como está.
No me voy a sumar a la demagogia fácil y desacreditar una lista solo por el argumento de que no incluya caras nuevas. Tan absurdo es expulsar de la vida pública a las personas que valen -por muchos años que lleven-, como mantener o dar entrada a quienes no tienen nada que aportar.
En la candidatura popular sí hay una incorporación que parece estratégica: la de Raquel Fernández Cruz, con un perfil profesional especializado en organización de eventos. Del resto, la habitual entrada de alguien que destaca en las Nuevas Generaciones, Rafa Caracuel; y se ha respetado diplomáticamente el orden de la candidatura de 2011 con algunas ‘promociones’ merecidas, como la de María Francés, que pasa del 13 al octavo; o Rocío Díaz, que de entrar de rebote pasa al quinto lugar tras ser -junto a Antonio Granados– uno de los concejales con mayor visibilidad en los últimos cuatro años; también es verdad que desde el área más agradecida. Falta comprobar cómo se desenvuelve y el encaje que tiene cuando tenga que recibir críticas.
En ese terreno, el más ingrato, ha sobrevivido Telesfora Ruiz, que al fin y al cabo ha firmado el único proyecto de autor en este mandato de José Torres Hurtado; aunque eso no se sabe todavía si es un mérito o un handicap.
Porque, en definitiva, esta lista del PP -más que nunca- habrá que valorarla el 25 de mayo. Para saber si se mueve entre la continuidad o el continuismo.
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